Barcelona

“Saldremos de esta crisis como de la anterior: con ganas e ilusión” (webinar sobre cafeterías y restaurantes ciclistas)

Reunimos a los responsables de cafeterías y restaurantes ciclistas de varias ciudades del mundo para que nos cuenten cómo afrontan la crisis sanitaria del covid-19.

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Casi todos nos hemos sentado alguna vez en un café o restaurante de cultura ciclista, lugares donde las bicicletas y sus usuarios siempre son bienvenidos. Pero la crisis del Covid-19 ha golpeado, y probablemente golpeará, con tremenda dureza a este sector: reunimos a varios de sus protagonistas para valorar y analizar la situación. Participaron Miguel Santelices (Eroica Caffe, Barcelona), Arturo Sancho (La Ciclería, Zaragoza), Luis Serrano (La Bicicleta Café, Castellón), Armando Rodríguez (La Guarida, Bogotá), Roma (Galibier Cycling Cafe, Ciudad de México) y los habituales Dani Cabezas y Rafa Vidiella, redactor jefe y director de Ciclosfera respectivamente.

Tras las presentaciones de rigor, Miguel Santelices fue el primero en tomar la palabra para contarnos cómo están las cosas por Barcelona. “Por aquí está todo igual de mal que en el resto del mundo”, contó el responsable de Eroica Caffe. “Los cafés tenemos por delante unas perspectivas realmente difíciles: supongo que seremos los últimos en abrir. Todos los cafés ciclistas tienen un componente social, que es lo que más se va a limitar. Hay que aguantar el tirón, independientemente de si estás en Barcelona, en Bogotá o en México”. La posibilidad de superar este bache dependerá, en opinión de Miguel, de la situación financiera de cada empresa. “El negocio que tenga grandes cargas financiera va a tenerlo realmente difícil”, apuntó.

“En Ciudad de México estamos igual, efectivamente”, nos contó Roma. “El confinamiento cada vez es más estricto. Todos los cafés estamos preocupados por lo mismo: vamos a ser los últimos en poder abrir, como comenta Miguel. Nosotros cerramos hace tres semanas, y ahora estamos lanzar convocatorias para que la gente pueda dar clases online: les prestamos el espacio del café para que puedan conectarse a Internet. Pero van sólo tres personas. En la medida de lo posible, estamos intentando mantener el café activo, pero más como algo solidario para emprendedores”.

La Guarida, en Bogotá.
La Guarida, en Bogotá.

En Bogotá, hay cosas que se están haciendo bien: la capital colombiana ha habilitado carriles por los que habitualmente circulan los coches para el uso de las bicicletas. Desde allí, Armando nos contó cómo está la situación. “En este momento somos muy afortunados: tenemos una alcaldesa probici, lo que ha permitido habilitar en la mayoría de las avenidas principales de Bogotá corredores bici para uso exclusivo de los ciclistas. En estos momentos, la realidad en Bogotá ha sido un poco flexible con la entrega a domicilio, que se hace fundamentalmente en bicicleta. En La Guarida también estamos cerrados, lo que en cierto modo nos ha llevado a replantearnos las actividades que hacemos normalmente en el local. Tenemos una agenda cultural muy nutrida cada mes, que ahora hemos trasladado al ámbito virtual: todos los días tenemos actividades destinadas a compartir conocimiento. Además, estamos trabajando en la página web para implementar el reparto a domicilio y hemos puesto en marcha un crowdfunding asesorada por nuestros amigos de Mova“.

Impacto, reacción

Los invitados al webinar ahondaron en cómo han afrontado la declaración del estado de alarma. Arturo, de La Ciclería, contó que “ya incluso el viernes 13 de marzo la afluencia bajó de una manera brutal. En ese momento decidimos en asamblea, dado que somos una cooperativa, que no tenía sentido mantener abierto un espacio de estas características, al que la gente no iba a venir. Al día siguiente salió el decreto. Toda la plantilla, tanto socias como trabajadores, estamos de ERTE. Las primeras semanas fue un poco shock, porque te encuentras de la noche a la mañana sin ingresos y sin saber cómo vas a salir de esa situación. Pero poco a poco te vas recuperando y empiezas a hacer cosas: la cabeza empieza a funcionar y a pensar en el futuro, con toda la incertidumbre que existe. Ahora estamos centrados en aguantar para, el día que se pueda empezar a hacer cosas, estar lo más parecido posible al 13 de marzo. Y mientras tanto, estamos dándole a la cabeza para plantear cosas concretas. Por ejemplo, nosotros trabajamos mucho el producto ecológico y de proximidad. Todo, tartas y bizcochos, lo hacemos nosotros. Igual es un buen momento para plantearnos el reparto a domicilio. También hemos puesto nuestra flota de bicicletas de alquiler a disposición de quien las pueda necesitar para ir a trabajar durante el estado de alarma, dentro de la campaña #biciscontraelvirus. De alguna manera, queremos seguir poniendo a la bicicleta en el sitio en el que creemos que debe estar”.

“Hemos puesto nuestra flota de bicicletas de alquiler a disposición de quien las pueda necesitar” Arturo Sancho (La Ciclería, Zaragoza).

Luis Serrano, de La Bicicleta Café (Castellón), relató su caso: “Nosotros también decidimos cerrar el día 13. Reconozco que personalmente era bastante escéptico respecto a que todo esto fuera a llegar a este extremo. Precisamente el día 14, cuando se declaró el estado de alarma, empezaban las fiestas patronales de Castellón: imaginaos las pérdidas que hemos sufrido. Es una semana muy fuerte, con toda la gente en la calle y mucha gente de fuera. Ha sido un golpe bastante duro, con pérdidas superiores al 75%. Ahora mismo nos estamos centrando en calcular los gastos fijos a corto plazo, porque obviamente los variables van disminuyendo, negociar aplazamientos puntuales o una bajada de manera provisional para los gastos con los proveedores, intentar aplazar un poco los pagos sin que afecte a futuros pedidos… Estamos también en un ERTE y esperando a que todo esto empiece a animarse. El escenario más positivo plantea el 15 de mayo como fecha de reapertura: a mí me haría mucha ilusión, pero me parece complicado: creo que nos iremos más bien a junio. Las cafeterías y restaurantes que tengan terrazas serán los primeros en empezar a funcionar. Los locales más pequeños lo tendremos más complicado”.

“Nosotros hemos tomado varias medidas para subsistir e intentar ayudar”, contó Miguel, de Eroica Caffe. “Una de ellas ha sido intentar arrancar el reparto a domicilio, porque seguimos pensando que la gente tiene que comer bien y poder disfrutar. Esto no nos puede parar al 100%. Es complicado poner en marcha algo así, pero implementamos un sistema de bonos prepago de los que aportamos un 20% al Colegio de Médicos de Barcelona para que puedan ayudar, sobre todo, a las residencias, que es lo que más nos preocupa. Porque socialmente parece que el Covid-19 nos afecta a todos, pero son las personas mayores de 80 años las que mueren en un porcentaje mucho mayor. Creo que es importante aportarles algo.También hemos puesto en marcha varias iniciativas online, como un ciclo de conferencias. Se trata, en resumen, de subsistir y ayudar, que son las dos cosas que creo que ahora necesitamos”.

La Bicicleta Café (Castellón).

“Se trata de subsistir y ayudar, que son las dos cosas que creo que ahora necesitamos”

“Todo esto nos ha llegado en un momento complicado”, reconoció Luis, de La Bicicleta Café (Castellón). “Hemos tenido que parar prácticamente todo para intentar frenar ese chorro de dinero que se está escapando por todas partes. Creemos que hacer un cese de actividad era lo mejor que podíamos hacer en este momento. Para nosotros, la temporada es de septiembre a finales de junio. En verano a veces cerramos incluso mes y medio por la falta de gente, porque la mayoría se va a la playa. Este año ha sido mucho antes, por lo que intentaremos pasar este bache lo mejor posible. Nosotros empezamos en 2014: estábamos saliendo de la anterior crisis. Y ahora nos hemos visto envueltos en otra, pero bueno…. saldremos igual que salimos de la otra: con ganas y con ilusión”.

Erica Caffe, en Barcelona (foto: Xavi Calvo).
Erica Caffe, en Barcelona (foto: Xavi Calvo).

Roma, desde Ciudad de México, también reconoció que la actividad está completamente parada. “Estamos todavía tratando de aguantar el golpe económico con nuestros empleados y nuestra gente. Lo que estamos tratando de hacer es reactivar la comunidad y ser creativos para mantenerla ocupada. También hemos cambiado el logo del negocio, que ahora se llama Galibier Cycling Home. Hemos puesto en marcha concursos con nuestros clientes, como el que elegirá el nuevo mural que decorará el café. Estamos generando conversación en las redes e invitándoles a participar del futuro del local. También estamos prestando el lugar para pequeños emprendedores”.

Crear comunidad

“Nosotros también hemos propuesto diversas actividades online”, continuó Armando, de La Guarida (Bogotá). “Teniendo en cuenta la gran diversidad de nuestro público. Lo mejor que podemos hacer es brindar herramientas a nuestra comunidad para conectarnos, pulir habilidades y llevar estos días de confinamiento de la mejor manera posible. Habitualmente venimos haciendo eventos multiculturales, desde conciertos a exposiciones, charlas o encuentros. En estos momentos estamos viendo cuáles de esas actividades tienen mejor acogida en las redes y en qué horarios”.

La Ciclería, en Zaragoza.
La Ciclería, en Zaragoza.

¿Cómo seguir reuniendo a toda la comunidad ciclista y reforzar los lazos con los clientes? “La situación es complicada, porque en Zaragoza hemos salido del frío invierno y justo cuando llega el buen tiempo ha estallado esta crisis. Cuando cerramos lanzamos en redes una iniciativa, #culturaapiñón, para que la gente aportara obras de arte con la bicicleta como protagonista, con la idea de hacer una exposición cuando todo esto acabe. Llevábamos mucho tiempo trabajando en 30 Dias en Bici, juntándonos 30 ó 40 personas para desarrollar la iniciativa con varias actividades por toda la ciudad, como la Criticona. Estamos manteniendo en cierto modo toda la actividad de manera online, y al mismo tiempo trabajando para que la bicicleta sea tenida en cuenta cuando todo esto pase. Sobre todo si vemos los estudios recientes que aseguran que el Covid-19 es más fácil que se contagie en espacios más contaminados. Con más razón, la bicicleta va a tener que estar ahí.  En ese sentido, La Ciclería no deja de ser una consecuencia lógica del movimiento ciclista en Zaragoza, por lo que ya existe desde hace muchos años un caldo de cultivo que tratamos de mantener para cuando haya que volver a las calles”.

Transporte… y deporte

Lo hemos visto estos días: aún hay quien no entiende que la bicicleta es, además de un deporte y sobre todo, un medio de transporte. Una confusión que se da incluso en ciudades como Barcelona, donde el número de ciclistas urbanos va en aumento. Miguel Santelices quiso matizar este último punto. “Barcelona ha sabido venderse muy bien como proyecto ciclista. Durante muchos años fue pionera, pero hace tiempo que ha ido perdiendo ritmo en comparación con otras ciudades. Si ahora sales a la calle lo que ves son repartidores de Glovo y Deliveroo. Ver que el colectivo ciclista vuelve a estar ligado con la precariedad, como cuando yo trabajé como mensajero en moto hace años, es algo que personalmente me duele. Nosotros estamos haciendo delivery, aunque apenas tenemos cuatro o cinco entregas al día”.

Galibier Cycling House. en Ciudad de México.

“Respecto a la confusión entre deporte y medio de transporte, sí: aquí la policía te para si te ve en bicicleta, porque piensa que estás haciendo ejercicio. Aunque lleves una caja y ropa de calle. La visión de la bicicleta en Barcelona sigue siendo muy diferente a un medio de transporte cotidiano. ¿Saldremos mejor de esta? Yo personalmente soy pesimista: creo que los que hacen las cosas mal seguirán haciéndolas mal. Y que los grandes beneficiados de esta crisis serán los de siempre, que no somos nosotros. Pero también creo que las cosas hay que verlas mal para poder superarlas. Es momento de que todo el colectivo ciclista luche para que la bicicleta tenga más presencia”.

¿Qué podemos hacer los ciclistas para que esta situación se acabe convirtiendo en una oportunidad para la bicicleta? “Creo que debemos mantenernos activos, seguir manteniéndonos en contacto y comunicar”, reflexionó Roma. La bicicleta, al menos en Ciudad de México, creo que va a crecer mucho. Cada vez hay más apoyo, más rutas, más cafés, más respeto al ciclista…” Desde Bogotá, Armando lanzó un par de ideas: “Una vez se levante la cuarentena la gente va a hacer menos uso del transporte público de masas. Consideramos que desde ahí se puede impulsar mucho más el uso de la bicicleta. ¿Cómo comunicarle eso a personas que no están en esta dinámica? Creo que debemos mostrar las posibilidades de la bici con iniciativas como la ciclovía, que se abre todos los domingos, y que activa mucho a ese tipo de púbico que durante un día puede disfrutar de la bici. Asimismo, en La Guarida hemos brindado el espacio como centro de acopio para almacenar ayuda para las familias más vulnerables, que luego es repartida por bicimensajeros voluntarios. Eso nos ha permitido seguir en contacto con la comunidad: no sólo con la gente que habitualmente frecuentaba La Guarida, sino también con las personas y familias que en estos momentos están pasando unas situaciones más críticas”.

“Una vez se levante la cuarentena la gente va a hacer menos uso del transporte público de masas”

Luis, de La Bicicleta Café, contó una iniciativa llevada a cabo con el Ayuntamiento de Castellón en la que organizaron una ruta ciclista para niños. “Es importante que los niños vean lo bueno que es moverse en bicicleta y lo seguro que puede ser si todo el mudo cumple las normas de circulación. Es un ambiente divertido, que engancha y en el que haces amigos. Ese tipo de iniciativas son positivas para que desde muy pequeños, los jóvenes empiecen a entender que la bicicleta es un medio de transporte. Nosotros tenemos la suerte de vivir en una ciudad con un clima muy bueno, con casi 300 días de sol al año, una ciudad plana y pequeña, en la que todo está bastante cerca y en la que el transporte público escasea. La bicicleta es la manera ideal de moverse, y no hay nada mejor que predicar con el ejemplo”.

“Usar la bicicleta es, por sí mismo, un acto de rebeldía frente a lo que hay establecido”, reflexionó Arturo, de La Ciclería. “Lo que está en nuestra mano es reivindicar, y presionar a otros y otras para que hagan. En Zaragoza hemos pasado unos cuantos años buenos en cuanto a promoción de la bici, pero también ha habido muchos palos en las ruedas. El concepto cultural que se tiene de la bicicleta en este país es el de una herramienta para el deporte y el ocio. La clave es cambiar ese concepto cultural entre todos”.