Cultura ciclista

El verano del turismo de interior (y del cicloturismo)

El cicloturismo es uno de los sectores ante los que se abre una oportunidad histórica para reivindicar sus encantos.

Viajar, pero hacerlo de otra manera. A un ritmo pausado. Disfrutando de cada metro, de cada instante… de cada pedalada y de cada lugar al que te lleven tus propias piernas. Disfrutando, en definitiva, tanto o más del propio acto de viajar que del destino en sí mismo. Y, por si fuera poco, hacerlo de una manera sostenible y respetuosa con el entorno. Si quieres planear tu ruta, ahora te regalamos  un pack en una de las mejores aplicaciones de cicloturismo: Komoot. Utiliza este código: CICLO0620 y consigue gratis el Paquete Multirregión (8’99€).

El cicloturismo vive días dorados. Desde hace años, el sector en España crece espoleado por la riqueza y la diversidad de oferta que ofrece nuestro país. Y aunque aún estamos lejos de la habilidad con que explotan sus propias virtudes países de referencia en la materia como Francia, España no para de sumar cicloturistas cada temporada. Personas llegadas de todos los rincones del planeta dispuestas a descubrir lo que les ofrece la geografía peninsular, sus gentes y su oferta cultural, de naturaleza y gastronómica a golpe de pedal.

Foto: Bike Spain Tours.
Foto: Bike Spain Tours.

Todo cambió con la estrepitosa irrupción del covid-19 en nuestras vidas. Los viajes al extranjero se cancelaron súbitamente, y muchos de los que habían cerrado sus vacaciones de verano en España empezaron a hacerse preguntas. ¿Podremos mantener los planes? ¿Cómo estarán las cosas cuando llegue el calor? ¿Conseguiremos aplanar la dichosa curva y tener un verano medianamente normal? Y más concretamente en el caso del cicloturismo, ¿será posible viajar en bici?

A priori, el sector tenía todo a favor: nada como la bicicleta para guardar la obligada distancia social. Y ante la imposibilidad de viajar al extranjero, nada como apostar por los destinos cercanos, en los que las empresas dedicadas al cicloturismo son auténticos expertos.

El verano llegó, y poco a poco el sector fue recuperando aliento. “Hemos ido recobrando poco a poco la a actividad”, explica Chus Blázquez, de Rutas Pangea. “Desde mediados de mayo abrimos una horas diarias para dar servicio de taller, que ha tenido mucha demanda, y de alquiler de bicis”. ¿Lo que más hay? “Muchas dudas y consultas, sobre todo relacionadas con que pasa si hay una rebrote y qué pasa en esas situaciones”.

Estamos, de eso no hay duda, ante un verano distinto. “Hemos rediseñado nuestro programa”, apunta Blázquez. “Ya habíamos cancelado todos los viajes internacionales y mantendremos esa situación. Pero hemos programado más viajes por España y la respuesta está siendo positiva. Se percibe una cierta euforia, pero los números son claros: el movimiento dista mucho de ser el normal en esta época del año”, reconoce.

Y es que aunque el estío supone el grueso de facturación del sector, la primavera es también clave, dado que supone entre un 30 y un 40% de la facturación del año. “Toca trabajar para recuperar lo que se pueda en el verano y tratar de tener un buen otoño”, recuerda Chus Blázquez. “Hay que seguir dando pedales”, concluye. Hagámoslo.

4 RUTAS, 4 PLANES

En Ciclosfera preguntamos a cuatro expertos por otras tantas rutas para este verano. ¿Con cuál te quedas?

1. Chus Blázquez (Rutas Pangea): Pamplona-Ondarribia

“Te proponemos un viaje que comienza en Pamplona. Ciudad que es Camino de Santiago, nudo de comunicación desde hace siglos, ciudad de paso y acogida, ciudad amurallada, verde y viva. Sobre todo viva, vida cultural, comercio de proximidad, bares, librerías, tiendas de bicis… Una ruta que rueda por una pequeña parte del trazado de la Eurovelo 1, un grandísimo itinerario que une el Cabo Norte con la Península Ibérica.

Foto: Rutas Pangea.
Foto: Rutas Pangea.

Siguiendo esa Eurovelo 1 recorreremos las Vías Verdes del Plazaola y el Bidasoa para llegar hasta el Cantábrico, rodaremos unos kilómetros del otro lado de la frontera, por el Bidasoa para finalizar en Hondarribia. Un itinerario que se ha consolidado gracias al proyecto Ederbidea. Por el camino; cultura, gastronomía, patrimonio ferroviario, hayedos, bosques de ribera, escenarios de leyenda, libros y películas como el valle del Baztán, su señorío de Bertiz y Elizondo, playas y mar, con Hendaya, Hondarribia y Jaizkibel como guindas del pastel.

Un recorrido fácil, con tres subidas repartidas a lo largo de todo el viaje. Altos que nos permitirán disfrutar de bellos paisajes y consumir las calorías que nos aporte el buen comer local. Ideal para el verano, pedalear el valle de Leitzaran o a la sombra del hayedo de Bertiz es un regalo. Un itinerario para todos los que les guste disfrutar de la bici en un viaje tranquilo, con etapas asequibles y con mucho que ver”.

2. Ernesto Pastor – Montañas Vacías

“Distancia social. Dos palabras a las que nos tenemos que acostumbrar a partir de ahora, y de las que por desgracia saben mucho en el mayor desierto demográfico de Europa, las zonas de montaña en las que confluyen las provincias de Teruel, Guadalajara y Cuenca. Menos de una persona vive allí por cada kilómetro cuadrado. Por algo se conoce el lugar como la Laponia española.

Foto: Montañas Vacías.
Foto: Montañas Vacías.

Para concienciar sobre esta situación surgió MontañasVacías, un entramado de recorridos ciclistas a través de los sistemas montañosos que rodean la ciudad de Teruel: La Sierra de Albarracín, el Alto Tajo, la Serranía de Cuenca, y las sierras de Gúdar y Javalambre. Transcurre por pistas forestales, caminos en buen estado o carreteras locales, y permite realizar bucles desde un par de días hasta el recorrido completo de casi 700 km. Existe también un recorrido paralelo íntegramente por carreteras tranquilas y sin tráfico”.

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3. Pablo Muñoz (Bike Spain Tours) Orense-Aguarda

“Una ruta desconocida pero muy atractiva. Transcurre una buena parte por el rio Miño desde Orense a Aguarda en Pontevedra, frontera con Portugal. Se puede iniciar en Monforte de Lemos (173 kms) o en Ponferrada (284 kms) por la conocida N-120, carretera de Logroño a Vigo y que bien conocen los peregrinos a Santiago, pues se debe ir de modo paralelo a ella desde Logroño a Ponferrada.

Foto: Bike Spain Tours.
Foto: Bike Spain Tours.

El Camino se adentra en Galicia por O’Cebreiro, aunque el llamado camino de invierno va por Valdeorras a Monforte y toma el Camino Mozarabe. Desde Monforte de Lemos, cuyo Parador tiene unas vistas espectaculares, iniciamos la ruta cruzando el Sil por la Ribera Sacra, y llegamos a Ourense. La ruta continúa río abajo por carreteras secundarias al pantano de Castrelo do Miño, cerca de Ribadavia. Estamos en zona de bosques, viñedos y balnearios. Aquí nos desviamos por la PO-400 o la OU-801 para llegar a Portugal, donde a nivel del río tenemos terreno plano y muy agradable con casas aisladas, pequeños pueblos, huertos, muchas flores y pequeñas bodegas. Un trayecto muy entretenido. En Valenca do Miño, preciosa fortaleza en la frontera, cruzamos a Tui y por el margen derecho del río llegamos mansamente a Aguarda, donde o intentamos subir en bici o andando al Monte Tecla, con pueblo celtíbero y, lo mejor, las vistas al Atlántico).

Desde Aguarda se puede continuar por carril bici a Baiona, siempre junto a la costa o cruzar a Portugal y seguir a Oporto por el Camino de Santiago a la inversa. También hay opciones de hacer el Camino Portugués a Santiago por Pontevedra y el interior, o por la costa incluso dejar la bici y seguir en barco”.

4. Ana Zamorano (RemoteAna): De ruta por el País Vasco

“Si eres de los que no se decide entre mar y montaña, estás en el lugar ideal. En la vuelta en bicicleta al País Vasco puedes pasar de bañarte en el mar Cantábrico un día, a estar cerca de rocosos y verdes montes como Aizkorri o Gorbeia al siguiente.

Foto: Ana Zamorano.
Foto: Ana Zamorano.

La mayor motivación para salir ilesos de esta orografía un tanto compleja, además del paisaje, es la gastronomía. Una buena excusa para parar a reponer y comer en las tascas y locales que uno encuentra de camino. A veces cruzarás bosques de hayas como el de Otzarreta, otras pedalearás al borde de los acantilados del mar donde localidades como Sopela o Zumaia trasladarán tu imaginación a los barcos de los viejos balleneros zarpando hacia costas islandesas. Pero si eres de los que le gusta sumergirse entre diferentes tonos de verdes, la Sierra de Urbasa y Aralar responderán a ello.

Seguro que no sólo aprenderás unas palabras en euskera sino un poco más sobre la vida en el campo, tradiciones milenarias y mitología vasca ¡La tradición y la innovación a golpe de pedal te están esperando!”.