Filadelfia

Un nuevo puente ciclista cambia la cara de Filadelfia

Mide 609 metros, y se ha convertido en un motivo de optimismo para una ciudad en decadencia: Filadelfia ha abierto el puente Schuylkill Banks, ideado para peatones y ciclistas.

El río Schuylkill es uno de los ríos legendarios de EE UU. Este afluente del Delaware cruza Pensilvania a lo largo de casi 300, y fue clave para convertir a Filadelfia en una de las ciudades más importantes del país: con sus 7,5 millones de habitantes, es la quinta más poblada de EE UU y la 51ª del mundo.

Sin embargo, la crisis económica y la transformación económica e industrial que ha sufrido el país habían sumido a la ciudad en una cierta depresión, reflejada en unas cifras cada vez mayores de delincuencia y un progresivo abandono de su zona central

La construcción del llamado Schuylkill Banks Boardwalk lucha por recuperar la alegría: esta prolongación del puente Schuylkill River está ideada para peatones y ciclistas, alumbrada por luces alimentadas con energía solar y permite su uso durante las 24 horas.

La obra, que ha sido finalizada en octubre, permite una mejor conexión entre el centro de la ciudad universitaria y el oeste de la ciudad. Una rampa de 140 metros conecta el puente con el paseo marítimo, se han construido cuatro miradores para detenerse y contemplar las magníficas vistas durante el paseo y supone, sobre todo, un estímulo para utilizar la bicicleta.