Ciclosfera #11

Una vida entre ciclistas: Silvia Galliani

Menuda, atractiva y siempre con una cámara al hombro, Silvia Galliani es la joven fotógrafa italiana que acompaña al equipo Cinelli y que, reconoce, siempre amó a las bicicletas.

¿De donde eres?

De Novara, una pequeña ciudad cerca de Milán. Aquí es normal tener bicicleta y aprender de pequeña: es el juguete que todos los niños tienen. También es frecuente usarla para ir de un lado a otro, aunque cada vez se ven más.

¿Qué bicicleta usas?

Mi favorita para moverme por la ciudad es una urbana de color rosa y con una cesta muy grande, pero también suelo usar la de mi marido, una Cinelli Gazzetta. Y bueno… ¡En casa hay siempre muchas bicis distintas, así que cuando quiero cambiar solo tengo que elegir!

¿A qué te dedicas?

Tengo 27 años y trabajo como fotógrafa freelance y en un estudio. Colaboro con Cinelli porque mi marido corre en su equipo Cinelli Chrome. No le gustaba mucho que le hiciesen fotos, empecé a hacérselas yo, le gustaron a la marca y me pidieron que les hiciera reportajes para el Red Hook Crit.

¿Desde cuando vas en bici?

Desde los 4 ó 5 años. Mi primera bici era muy femenina: rosa, con lazos y con ruedines. Mi abuelo me enseñó a montar, y ya entonces salíamos muchos chicos a dar vueltas por la ciudad.

¿Por qué moverse en bicicleta?

Nunca me han gustado los coches. Incluso de joven, cuando no tenía carné, intentaba evitarlos: en ellos me siento atrapada e insegura. Sé que también el ciclismo es peligroso, pero siempre lo he amado. Da igual el tiempo que haga, siempre puedes disfrutar de pedalear, y es la mejor manera de moverte por una ciudad.

¿Nos confiesas algún secreto para hacer buenas fotos?

Por desgracia no hay secretos… ¡O, si los hay, yo no los he descubierto! Sólo puedo decirte que hay que probar, probar y probar, hacer muchas fotos hasta encontrar tu estilo personal.

¿Es el ciclismo urbano una moda, o irá a más?

Donde vivo siempre se ha montado en bici, tanto para desplazarse como para hacer deporte. Siempre he visto a la gente pedalear, es algo natural para mí. Lo que sí ha crecido es la interacción entre ciclistas de distintas ciudades y países. Sea por diversión, necesidad o por motivos medioambientales cada vez más gente ha optado por los pedales así que, aunque sea por moda, es algo muy positivo.