Seguridad

Seis cosas que un automovilista debe saber de un ciclista urbano

No, conductor: el ciclismo urbano no es una moda. Estamos aquí para quedarnos. En realidad, estábamos antes (la primera bicicleta rodó por España en 1868; el primer coche fue matriculado en 1900), pero tras unas cuantas décadas “escondidos” hemos regresado con fuerza. Nos cruzamos constantemente, y cada vez nos cruzaremos más. Por el bien de todos… ¿No te interesa saber unas cuantas cosas sobre el ciclista urbano?

De igual a igual

Soy ciclista, y no lo soy porque tenga menos dinero o responsabilidades que tú, ni porque sea un hippie ni porque esté de moda. No soy un irresponsable, un rebelde, un ignorante ni un loco. Es más… Quizá voy en bicicleta, precisamente, porque me gusta pensar y reflexionar. Así que no me trates con aires de superioridad, desprecio o condescendencia, sino de igual a igual.

No voy en bici porque no tenga dinero o sea un irresponsable, así que no me trates con desprecio o condescendencia

Esto no es un juego

Quizá porque fue tu juguete infantil favorito, puede parecerte que al moverme a pedaladas estoy jugando, pero no. Me muevo en bicicleta porque es más barato, más eficiente y más saludable, y sé perfectamente que esto no es un juego. Tú también deberías saberlo: en otros lugares (por cierto, con bastante más calidad de vida) la bicicleta supone ya casi la mitad de los desplazamientos urbanos. Muchos gobiernos (más serios que el nuestro) están apostando por esta forma de transporte para el futuro. Y, en los tiempos que vivimos, la bicicleta puede ser un magnífico estímulo industrial, medioambiental y, por qué no, moral para nuestra sociedad. ¿Que esto no es Amsterdam? Ya lo sé, pero… ¿Tampoco estaría mal que lo fuera, no?

No te hago perder el tiempo

Puede ser: en un determinado tramo de la calle (sobre todo si es cuesta arriba y tú andas con un poco de prisa) crees que te estoy retrasando, pero es probable que no sea así. Si te fijas, casi siempre que te dejo pasar nos encontramos en el siguiente semáforo. Es más… Me atrevo a decir que te hago ganar tiempo: un ciclista más es un automovilista menos, lo que supone más espacio para circular y más sitios para aparcar. ¡Cuántos más seamos mucho mejor para ti!

Cuántos más ciclistas seamos, mucho mejor para ti: más espacio en las calles, menos atascos y más sitios para aparcar

Derechos

Sería bueno que todos conociéramos y respetáramos la ley (eso incluye a los ciclistas): nos ahorraríamos pitidos, insultos y discusiones. Tengo el mismo derecho a circular por la calle que tú. Puedo (y debo) circular por el centro del carril derecho. Puedo ir a una velocidad menor a la tuya por donde me corresponde (por cierto… ¿no será que tú quieres ir demasiado rápido?). La calle no es tuya: yo también soy ciudadano, pago impuestos y no estoy haciendo nada prohibido.

En el mismo barco

Tú lo haces en coche y yo en bici, pero estamos en la misma batalla: desplazarnos por una ciudad con problemas de tráfico, atropellos o polución que podemos resolver. Intentemos facilitarnos las cosas avisando de nuestras maniobras. Intentemos hacer un uso racional de nuestros vehículos, sin molestar a los otros usuarios y sin bloquear las calles. Comportémosnos con civismo, y no buscando sólo el interés particular. E intentemos tener a punto nuestras máquinas: yo, para circular con más seguridad y tú, además… ¡para expulsar la mínima cantidad de humos venenosos!

Persona

No es frecuente que las bicicletas rueden solas: lo de encima, además de ciclistas, son personas. En mi caso, alguien con pareja, hijos, una madre, muchos amigos e infinidad de sueños por cumplir. Así que, antes de que sigas chateando con el teléfono móvil, haciendo maniobras imprudentes o yendo a una velocidad totalmente inapropiada, piensa, y date cuenta del enorme dolor que puedes provocar. ¿Te apetece?

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