Cultura ciclista

Scanuppia-Malga Palazzo: el puerto más duro del mundo

Viajamos hasta los Dolomitas italianos para escalar el que, según dicen, es el puerto más duro del mundo: el Scanuppia-Malga Palazzo.

Si existe un colectivo amante de los grandes desafíos, ese es el ciclista. Cada día son miles de ellos los que afrontan epopeyas titánicas, muchas de las cuales encuentran eco en las páginas de Ciclosfera: desde grandes rutas cicloturistas a ascensiones épicas. Sin olvidar que moverse por algunas ciudades es, también, un importante reto.

Hoy te invitamos a una de esas rutas sólo aptas para los más valientes y preparados. Ubicado en la pequeña localidad de Besenello, en la provincia de Trento, el puerto de Scanuppia-Malga Palazzo sólo tiene 7,5 kilómetros de longitud. Pero según todos los que han osado enfrentarse a él, son los más duros del mundo. Y es que a lo largo de esa distancia el ciclista salva un desnivel de 1.317 metros hasta coronar la cima, ubicada a 1.515 metros sobre el nivel del mar.

Aunque la pendiente media del recorrido es del 17%, algunos de los tramos del Scanuppia-Malga Palazzo alcanzan hasta un 42,8%. Es en esos puntos donde las piernas sufren hasta límites insospechados, según aseguran los que han pedaleado por él.

Scanuppia-Malga Palazzo, el puerto más duro del mundo.
Scanuppia-Malga Palazzo, el puerto más duro del mundo.

Por si el desnivel no fuera de por sí suficientemente duro, hay que añadir que el asfalto del Scanuppia-Malga Palazzo cuenta con una serie de irregularidades en forma de pequeñas ondulaciones que hacen particularmente incómodo pedalear sobre él.  No es casual: esa irregularidad trata de proporcionar mayor adherencia a los vehículos que transitan por la zona cuando se producen grandes nevadas.

La dureza del Scanuppia-Malga Palazzo es tal que nunca se ha incluido en ninguna carrera ciclista profesional. Tan sólo en una edición del Giro, en la de 2010, se rumoreó que podría incluirse en el recorrido, pero finalmente se desestimó por considerarlo demasiado extremo. Eso no desanima a los muchos valientes que se acercan para intentar completar en bici una auténtica prueba de fuego como pocas en el mundo.