Contaminación

Por qué sí es posible una movilidad urbana sostenible

Los altos niveles de contaminación, el intenso tráfico motorizado y una población que sigue creciendo en las grandes ciudades hacen necesario un nuevo planteamiento urbano. La solución pasa por apostar por una movilidad sostenible que le devuelva la vida a nuestras calles.

Según datos de la ONU, se espera un crecimiento urbano de 2,5 millones de personas en los próximos 40 años. Una cifra especialmente significativa para China e India, dos las economías emergentes, y que acogerán el 90 por ciento aproximadamente de dicha población (se estima que sumarán 276 y 218 millones de personas, respectivamente, en 2030).

De ahí que la ciudad y el desarrollo urbano sean el principal foco de atención para los líderes y responsables políticos. Los altos níveles de contaminación derivados del intenso tráfico motorizado (que se cobra un millón de muertes prematuras cada año), así como la alta tasa de accidentes de tráfico (se calcula que mueren cada día en la carretera unas 3.400 personas), constituyen un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades competentes.

Un verdadero coste humano, medioambiental y económico

Pero no sólo la seguridad o la salud: la economía y la productividad también se ven afectadas. En EE UU, los costes económicos debido a los problemas de desplazamiento suponen una pérdida de 100 mil millones de dólares cada año. Y qué decir del cambio climático: las grandes ciudades representan el 70 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Debemos entonces ser optimistas? Sí, un cambio no sólo se hace necesario, es también posible. De hecho, son muchos los que llevan años apostando por una movilidad urbana sostenible, un cambio de mentalidad reforzado asimismo por el desarrollo de la tecnología y la necesidad de mejorar la calidad de vida en las grandes urbes.

(foto: David S.)
(foto: David S.)

En Europa y Estados Unidos en particular, las jóvenes generaciones parecen optar por un modelo más generoso con el medio ambiente y mucho más crítico. Según un estudio, entre 2001 y 2009, los desplazamientos en coche habían disminuido un 23% entre los jóvenes norteamericanos. De hecho, poco más del 69% (con 19 años) tenía en carnet de conducir en 2010, frente al 87% en 1983.

Un cambio de mentalidad liderado por las generaciones más jóvenes

Este cambio se debe, principalmente, al desarrollo de una red de transporte público intermodal, pero también al fomento de otros vehículos como la bicicleta, creando una infraestructura eficaz u ofreciendo servicios de alquiler y préstamo entre los ciudadanos.

Inicicativas que se han visto favorecidas por el rápido desarrollo de las tecnologías, sobre todo aquellas relacionadas con el transporte (GPS, apps de transporte y movilidad urbana) que han facilitado, sin ninguna duda, el rápido acceso e intercambio de información entre los usuarios.