Vuelta al mundo

Javier Colorado: “Cada mañana, antes de subirme a la bici, me inunda la felicidad”

Hablamos con el madrileño que está dando la vuelta al mundo en bicicleta, poco después de haber sufrido un atentado en Pakistán, del que salió herido.

Muchos apenas habían oído hablar de él hasta que, a finales de la semana pasada, su nombre apareció en todos los noticiarios de España. Javier Colorado, el ciclista que planea dar la vuelta al mundo, fue víctima de una emboscada terrorista a su paso por Pakistán. Resultó herido por la esquirla de una granada. Y, lógicamente, temió por su vida. Ciclosfera habló con él pocas horas después de tan terrible experiencia. Javier ya está a salvo en Nueva Dehli (La India), y sigue adelante con su admirable reto, que narra en la web www.coloradoontheroad.com.

Lo primero de todo, ¿cómo te encuentras tras lo ocurrido en Pakistán?

Físicamente me encuentro muy bien, pero emocionalmente… tengo que ir paso a paso. Me imagino que habrá sido, hasta ahora, lo peor del viaje con diferencia…

Ha sido, no sólo la peor experiencia del viaje, sino tambien de mi vida. Ahora sólo intento recordar y quedarme con todo lo bueno que he vivido a lo largo del viaje. El apoyo de la familia, amigos y seguidores, toda la gente encantadora y hospitalaria que he conocido pedalada tras pedalada, y todo lo hermoso que me queda por conocer en esta gran aventura. ¿En qué momento se te ocurre dar la vuelta al mundo en bicicleta y por qué?

Siempre he tenido gran afán por el viaje y la aventura. El sueño de dar la vuelta al mundo me rondaba la cabeza desde hace mucho tiempo. Cuando finalicé mis estudios universitarios y empecé a planificar el viaje, decidí incluir mi pasión por la bicicleta y así convertirlo también en un reto deportivo. ¿Cuántos kilómetros llevas recorridos? ¿Cuántos son en total? ¿Qué te queda por delante?

Ahora, desde Nueva Delhi, llevo 10.164 kilómetros pedaleados de los 55.000 que son en total. Por delante tengo que atravesar el norte de la India para llegar a Calcuta, de ahi viajar a Tailandia y recorrer Laos, Vietnam y Camboya. Posteriormente atravesaré todo el continente americano de Vancouver (Canadá) a Río de Janeiro (Brasil), y por último el continente africano desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) a El Cairo (Egipto).

He tenido momentos muy duros, pero el espiritu de superación lo llevo en la sangre.

Eso es mucho tiempo en soledad… ¿En qué piensas cuando vas en la carretera sobre tu bici?

Cada mañana, antes de subirme a la bicicleta, el sentimiento de felicidad inunda mi mente. Sobre ella me siento libre, despejado y tengo mis momentos de reflexión más profunda. Al finalizar el día y bajarme de la bicicleta para descansar siento una enorme satisfacción y duermo con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Has tenido tentaciones de abandonar esta aventura?

He tenido momentos muy duros, como el terrible suceso de Pakistán, en los que toco fondo y pienso que no recobraré las fuerzas para seguir adelante, pero el espiritu de superación lo llevo en la sangre. ¿Qué bicicleta llevas?

Llevo una bicicleta Orbea Travel. El rendimiento que estoy obteniendo de ella es explendido y en las largas etapas que me marco, siento cómo me ayuda a finalizarlas con comodidad. Se ha convertido en mi fiel compañera y me siento unido a ella. Sé que suena raro, pero los ciclistas me entenderán cuando digo que hay un vinculo especial entre nosotros. ¿Cómo planificas las etapas de tu viaje?

Cuando planifiqué el viaje, hice un itinerario de cada dia. Dónde empezaba, dónde acababa y cuántos kilometros debía hacer en cada etapa. Pero sólo es algo orientativo, ya que nunca puedes prever con exactitud las condiciones climatologicas y los obstáculos que vas a encontrar en el camino. Lo que es imprecindible a la hora de embarcarse en una aventura de dos años es marcarse los objetivos de cada día antes de iniciar el viaje. Eres madrileño ¿te sueles mover en bicicleta por la capital?

Pedaleaba mucho por Madrid, y cuando empecé a planificar el viaje sólo utilizaba la bicicleta como medio de transporte, no sólo para aprovechar cada momento para subirme a la bicicleta, sino para ahorrar el gasto que me suponía el abono transportes y desplazarme en un medio ecológico. Ir al trabajo, a la universidad o a visitar a los amigos se convirtieron en buenos momentos para disfrutar de la carretera.