Ciclosfera #8

Huffy Radio Bike : apuesta fallida, objeto de culto

Nació para revolucionar las calles… Y no ha triunfado hasta más de medio siglo después. La Huffy Radio Bike evoca canciones de los Platters e invasiones alienígenas, pero sobre todo hace la boca agua a cualquier coleccionista.

El coleccionismo ensalza lo que el mercado no quiso ensalzar: la historia está llena de ejemplos y el mundo de la bicicleta no es una excepción. Es el caso de la Huffy Radio Bike, una apuesta de la marca de Ohio (hoy centrada en bicis de temática Disney y tercer fabricante de EE UU) que bregó durante dos años para, tras producirse unas 9.000 unidades de sus modelos verde, rojo y azul, desaparecer oficialmente víctima de su elitismo y convertirse después en objeto de culto para los amantes de las bicis de época.

Con receptor y antena en el cuadro

Su nombre delata su principal atractivo: una bicicleta con un receptor de radio AM y antena incorporados en su cuadro. Desde luego, una estética inolvidable. Con un precio de 99,5 dólares de la época (unos 900 dólares actuales) la Radio Bike vio la luz en 1955, como Steve Jobs, Bill Gates o la fibra óptica, en un contexto donde se abrazan el optimismo social de hedonismo creciente, las nacientes urbanizaciones periféricas y el miedo.

Porque sí: también eran días de miedo en EE UU. Miedo a la amenaza comunista, nuclear e, incluso, alienígena. Días de ensayos nucleares (el suelo de Nevada protagonizó unos cuantos) y pactos de Varsovia. Pero no todo era temor: el american style of life daba sus primeros pasos, Disneylandia abría sus puertas en Anaheim y la televisión, que comenzaba a expandirse, aún no le había robado el protagonismo a una radio donde sonaban el Only you de The Platters o el Mr. Sandmand de The Chordettes, no faltaban Little Richard o Johnny Cash y Elvis Presley comenzaba a dejarse notar. Melodías dulzonas, pegadizas y políticamente correctas: aún tendrían que esperar un poco el cuero, la gomina y la rebeldía. ¿Han visto Regreso al futuro? Seguro que sí: ambientada en 1955, una deslumbrante Radio Bike es lo único que le falta a esa maravillosa película.

Una estrella prescindible

Eran tiempos, también, de gran natalidad en los USA: entre 1945 y 1965 nacieron unos 30 millones de americanos, la generación de los babyboomers. Un nicho ideal para los anunciantes… ¿Por qué no una bici con radio? “El regalo que cualquier niño quiere tener”, proclamaba una campaña publicitaria de cara a la Navidad de ese año. “Aunque hoy es fácil encontrar imágenes o anuncios viejos de esta bici en Internet y existen foros centrados en ella, nunca fueron demasiado populares”, comenta a Ciclosfera Greg Farmer, el afortunado propietario de una auténtica Radio Bike.

“Era la estrella del catálogo de Huffy”, explica Farmer, “pero la mayoría de los padres que compraban una bicicleta para sus hijos no consideraban que una radio en el cuadro fuera importante o, directamente, no querían afrontar este gasto adicional”. Para ser sinceros, la Radio Bike tampoco era una apuesta pionera, porque una década atrás la firma Motorola había lanzado su modelo B-150, una radio específica para la bicicleta.

No funcionó en el mercado entonces, pero causa envidia y admiración ahora. Como explica Farmer, “mucha gente no ha oído hablar nunca de una bicicleta con radio. El pasado verano acudí con ella a una concentración de motos y los chavales, con sus Harley y sus enormes choppers, me felicitaban”. Farmer, que también colecciona radios, montó su Radio Bike a partir de cuatro unidades adquiridas en Ebay, uno de los pocos lugares donde pueden encontrarse.Aprovechó las mejores piezas y estilizó el cuadro mejor conservado para lograr una estética calcada a la original.  “No la vendería por nada”, concluye, “pero no me faltarían ofertas: es un auténtico bombón para un buen coleccionista”.