Hamburgo

Hamburgo no quiere coches en 2034

No. No hablamos de un experimento en un pequeño pueblo o de una fiesta de un solo día. Hamburgo, la segunda ciudad más poblada de Alemania (y la séptima de la UE) con sus 4,7 millones de habitantes (más de 1,7 viven en el núcleo urbano) quiere cambiar. Y, para conseguirlo, está dispuesta a expulsar a los coches de sus calles.

El proyecto se llama Green Network, y pretende expulsar a los coches de la ciudad en 2034. ¿Cómo? Muy sencillo: potenciando el transporte público, peatonalizando las calles y, por supuesto, incitando a sus ciudadanos a moverse en bicicleta.

Hamburgo ya es una de las ciudades más verdes de Europa. Pero, pese a ello, sus ciudadanos saben que todo corre peligro: la ciudad tiene un concurrido puerto (el segundo más grande de Europa), y el cambio climático ha hecho que las aguas hayan subido 20 centímetros durante las últimas décadas, que podrían ser hasta 1,1 metros más en 2100, lo que tendría efectos devastadores.

Evidentemente, reducir el tráfico en una ciudad no bastará para frenar el cambio. Pero cambiar la fisonomía urbana sí: aumentar las zonas ajardinadas, crear parques y desarrollar nuevos canales facilitará evacuar el agua en caso de inundaciones o tormentas.

Además, más allá de por razones catastróficas, el objetivo es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Según explicaba la portavoz del ayuntamiento, Angelika Fritsch, el proyecto “ofrecerá a la gente muchas más facilidades para nadar o escalar, practicar deportes acuáticos, hacer meriendas o ver las maravillosas que ofrece la naturaleza en la ciudad”. En declaraciones al diario inglés The Guardian, Fritsch añadió que el proyecto “conectará parques, áreas recreativas, parques y jardines a través de pasillos verdes. En 15 ó 20 años, podrás cruzar toda la ciudad sólo a pie o en bicicleta”.

En total, unos 70 nuevos kilómetros cuadrados de zonas verdes dominarían la ciudad (la extensión total de Madrid, por ejemplo, es de 605), lo que supondría un 40% de la misma. El río Elba, el Alster y el Bille alimentarían sus jardines y bosques y permitirían que, también, distintos medios de transporte permitan a sus ciudadanos prescindir de sus coches.

Según parece, los ciudadanos de Hamburgo están encantados con el proyecto, lo que desmiente una vez más que combatir el tráfico y fomentar el transporte sostenible signifique menos votos en las urnas.