Ciudades

Encicla y la cultura de la movilidad en Medellín

Nuestro lector Nicolás Franco Tobón reflexiona sobre las consecuencias de la implantación en Medellín (Colombia) de Encicla, el sistema público de alquiler de bicicletas.

En las calles de las ciudades de todo el mundo se ha venido popularizando un ya reconocido y antiguo medio de transporte, la bicicleta. Un vehículo que muchos ciudadanos de Medellín han adoptado como una alternativa de uso diario para sus vidas, que ayuda a la mejora del medio ambiente y a que las personas ganen en salud y condiciones físicas. Y es que, según el estudio publicado por Ciclosfera el 15 de febrero de 2013, “quién monta en bicicleta regularmente se ahorra visitas al médico, medicamentos e incluso tratamientos muy costosos. Las personas que sufren las típicas molestias de espalda, sobrepeso y otras enfermedades cardiovasculares podrían gozar de muchos años de buena salud si se decidieran a usar más la bicicleta. Pedalear no sólo reduce el riesgo de infarto en un 50% (una de las principales causas que provocan cada año 150.000 muertes), sino que previene el dolor de espalda, protege las articulaciones y repercute positivamente en nuestro sistema inmunológico”.

En el área Metropolitana de Medellín se ha materializado un proyecto que ha permitido a los ciudadanos gozar del sistema urbano de bicicletas públicas, Encicla. El sistema es una posible solución para  el congestionamiento vehicular, principal fuente de producción de monóxido y dióxido de carbono, además de otros hidrocarburos, dado que no consume energías de origen fósil no renovables, no emite compuestos contaminantes ni gases de efecto invernadero y no genera ruido, por lo que no se presenta contaminación acústica. El resultado es una ciudad más amigable.

Con Encicla se pretende incentivar al ciudadano para que tome conciencia de que sobre una bicicleta se puede desplazar a cualquier destino y lograr el mismo nivel de eficiencia que con un vehículo a motor. La movilidad cotidiana en bicicleta es fácil, barata y rentable para la economía de los ciudadanos, en comparación con los gastos que implican la movilidad en un vehículo privado o de transporte público (gasolina, parqueadero, averías, peajes…).

Cambiar la mentalidad

Pese a las ventajas evidentes, cambiar las costumbres humanas es una labor difícil y delicada. Por eso es tan importante dar a la población la posibilidad de usar la bicicleta en sustitución de los vehículos a motor, de cara a conseguir ventajas económicas y sociales fundamentales para el desarrollo de una ciudad eficiente.

El mayor obstáculo para la implementación de la bicicleta en el medio urbano no son los vehículos particulares o el transporte público, sino los mismos prejuicios en contra de su uso como medio de transporte habitual. Pero vale la pena hacer un importante esfuerzo en esta dirección: acelerar un cambio de mentalidad es necesario en una época en que la concienciación por el respeto al medio ambiente y la exigencia de unas mejores condiciones de calidad de vida en las ciudades se hace más evidente.

A largo plazo, el uso de la bicicleta brindará una posible solución a las problemáticas ambientales y de movilidad, como ha ocurrido con otros proyectos que han sido aplicados eficazmente en diferentes ciudades como Mexico D.F. con Ecobici, Nueva York con Citi bike o Barcelona con Bicing. Todos ellos, ejemplos para la puesta en marcha del sistema de bicicletas públicas en Medellín.