A simple vista, el AeroMobil 3.0 no se diferencia demasiado de cualquier prototipo futurista de los que abundan en las ferias automovilistas más importantes del mundo: un enorme y afilado vehículo con aspecto deportivo.
Pero la cosa cambia en cuestión de segundos y, según parece, con apenas pulsar un botón: es entonces cuando el chasis empieza a transformarse, asoman unas alas y, lo que parecía un coche más, se convierte en un pequeño avión.
Juraj Vaculik, fundador y CEO de la compañía, explicó en la ciudad tejana de Austin que el modelo estará a la venta en breve. Según cuenta Mack, Vaculik asegura que “estamos desarrollándolo muy rápido, formando el equipo y el objetivo es que, en 2017, seamos capaces de anunciar el primer deportivo volador”.
Según la propia compañía, “el prototipo está completándose, y sólo cuando se homologue tanto como coche como avión podrá adelantarse un precio definitivo”, aunque ya lo calculan en “unos cuantos cientos de miles de euros”.
Por supuesto, habrá que esperar a ver qué actitud toman las autoridades si proliferan este tipo de propuestas (otras empresas, como Terrafugia, persiguen un objetivo similar).