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Leo Voland: “El éxito en Internet fue una locura que me sobrepasó”

Ciclosfera entrevista al avezado protagonista de La historia de cómo recuperé mi bici, un relato trepidante que no tardó en convertirse en viral en la Red.

Recuperar una bici robada es una tarea casi imposible, pero algunos lo consiguen. Entre las historias más curiosas destaca la de Leo Voland, nombre ficticio de un joven ciclista urbano de Barcelona que, tras sufrir el robo de su montura, se embarcó en una aventura que le llevó a dar con el ladrón. Todo ello lo detalló en el blog La historia de cómo recuperé mi bici. Una historia digna de la mejor novela de aventuras. Aunque su identidad continúa siendo un misterio, Ciclosfera ha hablado con él en exclusiva.

Leo Voland es ya una celebridad. ¿Pensaste en algún momento que tu historia tendría tanta repercusión?

En absoluto. Como digo en la segunda parte de la historia, lo escribí y lo subí a un blog para compartirlo con los colegas, como si fuera un fanzine digital, un relato online, para que lo leyeran de forma rápida y sin tener que gastar saliva repitiéndome. Muchos de ellos no pudieron acompañarme a recuperar mi bici y vía Facebook me pidieron un informe bien detallado de lo ocurrido, por eso también comencé desde el principio y como si fuera un relato. El viral en internet de la historia fue involuntario, una locura que me sobrepasó.

De todo lo que te ha ocurrido desde que decidiste compartir tu historia, ¿cuál ha sido la anécdota más curiosa?

¡Ufff! La verdad es que hay miles. En la segunda parte de la historia cuento algunas. Hay una que me impactó mucho a nivel personal. Resulta que se pusieron en contacto conmigo los de Random House Mondadori para publicarme el relato. Al final nada, y no me importa, pero el hecho de que se hayan interesado en mí una editorial de esas dimensiones, e incluso que hubiera salido el nombre de Leo Voland en alguna reunión, me hizo mucha gracia. Como digo, al final nada, lo típico de las editoriales: no habré entrado en su línea editorial. Para las editoriales es más fácil invertir en derechos de autores extranjeros que ya son casi best sellers fuera antes que apoyar lo que se está haciendo aquí. El pez que se muerde la cola. Aquí no hay cultura porque no se quiere, no interesa. España, Barcelona… en todo el territorio prima el sujeto-consumidor y el sujeto-trabajador, no hay nada más allá. Si no se apoya lo local y lo nacional, nunca habrá una cultura fuerte y seguiremos cantando el “Yo soy español, español, español” como borregos. Aquí hay miles de personas que están haciendo cosas muy interesantes y muy buenas, pero partiéndose los cuernos y sin apoyo de nadie. Ese desprecio a lo de aquí, esa burla… Esa visión retrograda a lo Paco Martinez Soria que va a la ciudad, ese hecho cómico, no ayuda. Hay que empezar a tomarse las cosas en serio.

¿Se desvelará alguna vez la identidad tras Leo Voland, o prefieres permanecer en el anonimato?

La verdad es que no veo ninguna necesidad de desvelar mi identidad. Leo Voland puede ser cualquiera, Leo Voland somos todos, es una actitud de crítica y de acción, indignarse y actuar en consecuencia. Como digo, cualquiera puede ser Leo Voland, entonces, según esta premisa, ¿por qué limitarlo a una única persona física? Estamos educados para adorar al Héroe y al Único, una visión muy romántica y caduca. Adorar a un Dios, adorar a una patria, adorar a un Rey. Del monoteísmo feudal al narcisismo capitalista. Nos han inculcado una visión individual para no poder unirnos porque la unión hace la fuerza. Se cultivan conflictos internos, se nos divide para vencer. El individuo se puede manipular, el conjunto de personas no. Aquí hay que dar caña todos y entre todos. Rollo Espartaco. No es uno, somos todos y todo es producto de todos.

¿Qué crees que debemos hacer para evitar el robo de bicicletas?

Es un tema muy complejo. Durante todo este tiempo he estado hablando con mucha gente acerca del robo de bicis. Primero de todo, ata bien la bici si no puedes meterla en casa. Dos sistemas de candado diferente, rueda delantera con cuadro y rueda trasera con cuadro. Exige a tu Ayuntamiento parking de bicis. No ates la bici siempre en el mismo sitio. Haz un poco de psicología inversa y pregúntate, ¿cómo podría robar esta bici? Y si se te hace un abismo, es que vas por buen camino.