Cultura ciclista

La Ciclonudista: ¿estás a favor o en contra?

En el Ciclotimia del número 21 de Ciclosfera debatimos sobre la Ciclonudista. Como siempre, un argumento a favor y otro en contra. ¿Tú en qué lado estás?

Como cada mes de junio, este año se celebró en medio mundo la Ciclonudista, la marcha crítica en la que los ciclistas pedalean desnudos y en grupo por el centro de las ciudades reclamando respeto. Para algunos, se trata de un evento tan divertido y alegre como necesario. Para otros, en cambio, no es más que una frivolidad. ¿Tú qué opinas?

A FAVOR

Nuestro motor son las piernas y la carrocería, nuestro cuerpo. No somos cifras ni estadísticas. Por no ser, tampoco somos ciclistas, sino personas de carne y hueso. Por eso la Ciclonudista tiene aún más sentido que cualquier otra Masa Crítica: su visibilidad, su desafío, son máximos. Al vernos desnudos nada distrae tu atención: fíjate bien en nosotros y, por supuesto, respétanos. La desnudez no busca provocar ni excitar sino, simplemente, evidenciar lo frágil, natural y bella que es una persona rodeada de gigantes de metal y humo. Cada foto, cada tuit, cada comentario postrero, serán un recordatorio de que sobre cada bicicleta hay una vida. Y, por supuesto, tampoco hay que ponerse dramático: ¿qué tiene de malo pedalear riendo y desnudos? ¿Tan malo es sentir, por un día, el sol y el aire de tu ciudad en el cuerpo?

EN CONTRA

Lo hemos conseguido: un año más, los ciclistas salimos a la calle y llamamos la atención… desnudándonos. Seamos serios: ¿realmente los dueños de todos esos teléfonos móviles que fotografían a la comitiva reflexionarán lo más mínimo sobre lo que de verdad importa? En absoluto. Lo único que les resulta divertido y atractivo o estrafalario e indignante, será el hecho de que circulemos sin ropa. Nuestra vulnerabilidad, la desnudez que sufrimos ante el tráfico motorizado, se convertirá en algo accesorio, caprichoso y, a la postre, oculto. Nadie pensará en un colectivo amenazado y agredido, sino en un conjunto de exhibicionistas festivos. Si queremos combatir y prevenir acciones hagámoslo en serio y alcemos la voz en un tono, desde luego, poco festivo. A no ser que lo que queramos sea, simplemente, exhibirnos, provocar y festejar no se sabe bien qué.

*Este artículo forma parte de la edición impresa de Ciclosfera #21. Puedes leerlo completo en este enlace. O si te has perdido alguno de los números anteriores, encuéntralos todos aquí. *