Cultura ciclista

Los carriles bici, “imanes” para los coches según un estudio

Un estudio señala que los conductores se acercan más a los ciclistas cuando existe un carril bici pintado en el suelo. También reducen menos la velocidad.

¿Son los carriles bici pintados en el suelo la mejor opción para los ciclistas urbanos? Según un estudio reciente, no. Más bien al contrario: cuando existen, los conductores dejan de lado la precaución, se acercan más a los ciclistas y reducen menos la velocidad, poniéndolos en peligro.

Son algunas de las conclusiones a las que ha llegado el investigador Ben Beck en un estudio llamado Accident Analysis and Prevention, publicado en la revista Science Direct y del que se ha hecho eco la web Treehuger. Según Beck, los carriles bici pintados en la calzada actúan como un imán para los conductores, que se pegan a él poniendo en peligro al ciclista.

De media, y según los datos del estudio  los conductores se acercan a el ciclista 1,25 pies más o, lo que es lo mismo, 30 centímetros. No dejan, por tanto, la debida distancia de seguridad: uno de cada 17 adelantamientos se realiza a menos de un metro. Y al mismo tiempo, los conductores no sienten la necesidad de reducir su velocidad.

“Una sola franja de pintura blanca no proporciona un espacio seguro para los ciclistas”

“Los resultados del estudio demuestran que una sola franja de pintura blanca no proporciona un espacio seguro para las personas que circulan en bicicleta”, ha señalado el Dr. Beck. “Cuando el ciclista y el conductor comparten un carril, se requiere que el conductor realice una maniobra de adelantamiento. Esto contrasta con las carreteras con un carril para bicicletas marcado en el asfalto, donde el conductor no está obligado a adelantar y, por tanto, siente que hay menos requisitos para guardar una distancia de seguridad adicional”.

Las conclusiones del estudio han llevado a muchos a hacerse una pregunta. ¿Significa esto que los carriles bici no son seguros y que, por tanto, es preferible que las bicicletas circulen por la calzada junto al resto de vehículos? Beck lo tiene claro: “No. Lo que significa es que las infraestructuras ciclistas no deben consistir en una mera línea pintada en el suelo, sino que debe existir una separación física entre los coches y los ciclistas”, aclara.