Ciclosfera #10

Bicimáquinas: revolucionando la economía doméstica

Licuadoras, bombas, desgranadoras o lavadoras. Son algunos de los usos que posibilita la energía generarada por el pedaleo. Una tecnología autosuficiente y sostenible que puede ser clave en el futuro.

Su objetivo es mejorar la vida de las familias rurales sin recursos, incrementar su productividad y, cómo no, ser respetuoso con el medioambiente. La mayoría de estas bicimáquinas se han desarrollado gracias al trabajo y a la difusión de diversas ONG y asociaciones, que han sabido ver en la bicicleta una herramienta esencial para el cambio.

Una labor llevada a cabo por organizaciones como Maya Pedal, con sede en Guatemala y constituida en el 2001 gracias a la inspiración y al trabajo en común desarrollado por los canadienses PEDAL. Pero también gracias a otras como Bici Tec, la africana Bikes not Bombs o la cooperativa Working Bikes en Chicago, cuya labor es el reciclaje y distribución de bicicletas viejas o rotas.

Más allá de las ventajas que ofrece la bici como medio de transporte, destaca su increíble versatilidad como fuente de energía, que la convierte en un aliado único para familias o aldeas con pocos recursos. Las bicimáquinas les grantizan una independencia y un desarrollo esenciales, al no tener que depender de otras fuentes de energía como la electricidad, el combustible fósil o la maquinaria agrícola.

“Eco-” y “Auto-“, prefijos clave

Esta alternativa energética no sólo es respetuosa con el medioambiente, sino que también es saludable, funcional y económica. Países como México o Perú ya han empezado a distribuir bicimáquinas, e incluso el MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, está colaborando mano a mano con los diseñadores para crear y perfeccionar nuevos modelos.

Pero, ¿qué son exactamente? Estos híbridos son máquinas cuya energía proviene de la fuerza del pedaleo, lo que constituye una ‘tecnología intermedia’; una herramienta que permite obtener un rendimiento más alto y con menos esfuerzo que si se utilizara de forma manual. Además, al servirse de bicicletas usadas y materiales comunes como la madera, el metal o el plástico, su coste es mínimo, y sus beneficios, muy altos.

“Al pedalear conseguimos diez veces más fuerza que la ejercida con los brazos”

“El objetivo es desarrollar y compartir conocimientos que impulsen la salud, la economía, la conciencia energética y la autonomía laboral”, afirman los responsables de Bicimaquinas.com, de Jalisco (México) quienes desde 2012 han desarrollado y distribuido un total de 14 modelos. Las aplicaciones de las bicimáquinas son muy variadas: desde licuadoras o lavadoras hasta bombas de agua o generadores de energía. Y todas ellas desarrolladas a partir de una bicicleta adaptada de la cual se obtiene la energía.

Pero más allá de la admiración inicial que suscitan estos increíbles y sencilllos ingenios, la pregunta es: ¿cómo funcionan?; o mejor aún: ¿podría fabricarlo uno mismo? La respuesta es sí. De hecho, uno de los principales objetivos de estas organizaciones es lograr la mayor difusión posible, facilitando toda la informanción necesaria -hay multitud de detallados manuales y tutoriales en Internet– para que las familias puedan usarla como herramienta agroindustrial, tanto en el campo como en casa. “Uno de nuestros principales objetivos es diseñar, difundir y distribuir bicimáquinas que cubran las necesidades de las comunidades y que les hagan incrementar su productividad, sobre todo en las zonas rurales”, explican desde Maya Pedal.

Mirando al futuro

Esta iniciativa se está llevando no sólo a núcleos rurales, sino que, de forma progresiva, va ganando terreno en las ciudades. Son muchos los que empiezan a apostar por un consumo responsable y comprometido con el medioambiente y que, frente a la tiranía de las grandes corporaciones eléctricas y enegéticas, están optando por alternativas ecológicas y de autoabastecimiento.

“Al pedalear conseguimos diez veces más fuerza que la ejercida con los brazos”, explica Diana Rueda, voluntaria española que trabajó en Maya Pedal en 2010. “La bicitecnología es una vía interesantísima de desarrollo alternativo, incluso para países como España. Es perfectamente funcional en el entorno rural, pero también en el urbano”. Una revolución ecosostenible que la bicicleta no ha querido perderse , figurando en primera fila como una de las principales aliadas en el cambio.

UN VEHÍCULO, MIL USOS

  • Bicilicuadora

Sus posibilidades son increíbles. Gracias a la energía suministrada por el pedaleo, son capaces de generar 2.700 revoluciones por minuto, licuando todo tipo de frutas o vegetales sin energía eléctrica alguna (una licuadora doméstica consume de 350 a 400 vatios). Y además, puedes llevártela a cualquier parte.


  • Bicibomba

Las sencillas son capaces de bombear casi 35 litros por minuto y extraer agua a una profundidad de tres metros y conducirla hasta una altura de nueve. Todo, sin consumir los aproximadamente 400 vatios que gastaría una bomba eléctrica. Las llamadas de ‘rosario’ o ‘lazo’, ideales como fuente de agua potable o sistema de riego, llegan hasta los 40 m de profundidad y procesan de 40 a 50 litros por minuto.


  • Bicigenerador de energía

Funcionan como una fuente alterna de electricidad. Algunos prototipos pueden generar hasta 200 vatios en una hora y, a una intensidad alta, hasta 400. La energia obtenida se puede almacenar en una batería o utilizarse para el funcionamiento de otros aparatos. Asimismo, se puede conectar a un sistema de carga solar como apoyo complementario.


  • Bicilavadora

Según la capacidad del tambor, pueden albergar entre cinco y diez kilos de ropa. Una alternativa ideal para lavar la ropa sin necesidad de frotar a mano. Tiempo estimado: 25 minutos.


  • Bicimolino

Muele todo tipo de alimentos, como granos y concentrados. Puede llegar a moler un kilo y medio por minuto.


  • Bicidesgranador

Desgrana el maíz, dos toneladas aproximadamente al día. El bicidesgranador es individual y muy cómodo, ya que se puede transportar al lugar de trabajo al no necesitar una fuente eléctrica.


  • Vibradora

Mezcla y compacta el cemento y arena. Se usa para la producción de tejas de microceto (más resistentes y térmicas que la mina galvanizada) con un molde. Además, el coste de producción es mínimo, por lo que es una buena opción de negocio.

Pero hay muchas más, como el biciesmeril, para afilar cualquier tipo de herramientas agrícolas; el biciazadón, para arar y limpiar la tierra, o la bicisierra: una herramienta útil para cortar madera.