Barcelona

Barcelona quiere echar a las bicicletas de las aceras

El Ayuntamiento de Barcelona está decidido a acabar con la circulación de bicicletas por las aceras en calles que cuenten con un carril bici. En el resto, se podrá ir por aquellas aceras que tengan más de 4.75 m de ancho.

La acera, siempre para los peatones. Esa parece ser la nueva máxima del Ayuntamiento de Barcelona. Según informa el diario* El País,* el Ayuntamiento de la capital catalana ha aprobado esta mañana una legislación que aplicará en todas aquellas calles que “tengan carril bici o bien un espacio habilitado en la calzada”, según ha explicado Adrià Gomila, director de Movilidad. En el resto de calles y avenidas, sólo se podrá circular en bicicleta por aceras de más de 4,75 metros de ancho y tres de espacio público, medidas que cumplen casi exclusivamente las de l’Eixample.

La medida, que ha sido apoyada por todos los grupos salvo el Partido Popular, se enmarca la modificación de la Ordenanza de Circulación y Viandantes, y para su aplicación total habrá una moratoria de 18 meses desde su aprobación, dado que no todas las calles cuentan con la infraestructura ciclista necesaria.

“La medida mejorará la seguridad de los viandantes en las aceras y protegerá a los ciclistas en la calzada”

Según Gomila, esta nueva política del Ayuntamiento hacia las bicicletas servirá para “mejorar la seguridad de los viandantes en las aceras y la protección de los ciclistas en la calzada”. Otros grupos, como ICV, también han apoyado la medida, aunque haciendo hincapié en la neciesidad urgente de “elaborar un mapa de desarrollo de los carriles bici y de las zonas de velocidad limitada a 30 kilómetros por hora”, ha declarado Joaquim Mestre. El PP ha justificado la negativa de su grupo al nuevo texto porque “las infraestructuras de Barcelona aún no están preparadas”, ha argumentado el concejal Óscar Ramirez.

Más de 15 ciclistas juntos, también prohibido

La nueva ley tendrá más consecuencias para el colectivo ciclista. El Ayuntamiento tiene previsto prohibir la circulación en bicicleta de grupos formados más de 15 personas. Este aspecto, no exento de polémica, tiene su origen en las quejas de los vecinos de barrio como Ciutat Vella o las inmediaciones de la Sagrada Familia, imanes de turistas que pasean por sus calles a diario, a menudo en bicicleta y en grandes grupos.