Alleycats

‘Alleycats’ clandestinas: las carreras de la polémica

Un artículo de ‘El País’ sobre este tipo de carreras, en las que los ciclistas recorren la ciudad a gran velocidad entre el tráfico a motor, ha levantado ampollas. Las ‘alleycats’ dividen a los ciclistas urbanos.

¿Una temeridad o una demostración de destreza al alcance de los más habilidosos ciclistas urbanos? He ahí la polémica. Hasta hace poco, sólo unos pocos conocían la palabra alleycat. Sin embargo, la publicación de un reportaje en la edición madrileña del diario *El País, * informando en un tono claramente alarmista sobre la creciente proliferación en Madrid de este tipo de carreras en su vertiente clandestina, ha puesto el término en boca de todos.

Las alleycats, inspiradas en las peripecias de los bicimensajeros de EE UU, son carreras en las que pueden llegar a participar hasta medio centenar de ciclistas. Todos ellos tienen que ir pasando por una serie de puntos de control, distribuidos por diferentes lugares de la ciudad, hasta completar un recorrido. El itinerario lo escogen ellos, por lo que la velocidad y la pericia son tan importantes como el conocimiento de la urbe. Toda una yincana con la bicicleta como protagonista. Pero no cualquier bicicleta: las alleycats suelen estar protagonizadas por usuarios de bicicletas de piñón fijo, las conocidas fixies, muchas de las cuales ni siquiera llevan freno.

No todas las ‘alleycats’ que se celebran son clandestinas

Conviene recordar que no todas las alleycats son clandestinas. Ni mucho menos. De hecho, importantes  carreras alrededor del mundo toman este formato para medir la destreza de ciclistas urbanos de todas las edades. Sin embargo, el poco conocimiento del fenómeno ha llevado a muchos a dar por hecho que todas y cada una de estas carreras transcurren al margen de la ley. No son pocos los que aseguran que los participantes en las alleycats dejan en muy mal lugar al resto de ciclistas urbanos, pues la naturaleza competitiva de este tipo de circuitos provoca que los corredores cometan infracciones, como no respetar las señales de tráfico o poner en peligro al resto de usuarios de la vía. Para otros, sin embargo, las alleycats son una manera perfecta de poner a prueba la resistencia y habilidad de los ciclistas urbanos más avezados. Una carrera emocionante, eso sí, no apta para novatos.

Adrenalina o temeridad. ¿Tú qué opinas?