Cultura ciclista

Jan Heine: "Las bicicletas de los años 40 eran insuperables"

En el libro 'The Golden Age of Han­dbuilt Bicycles', y a partir de cincuenta modelos clásicos construidos a mano, el lector podrá seguir la evolución técnica de la bici­cleta a través de un complejo y convulso siglo XX.

Sus protago­nistas, artesanos especializados conocidos como constructeurs, son los encargados de dar vida a estas elegantes y efectivas máquinas que cautivarán tanto a los amantes de la bicicleta como a los del diseño. El libro se centra, especialmente, en los modelos creados entre las déca­das de 1930 a 1960, la llamada “edad dorada de las bicicletas de larga distancia”, un perfecto paradigma que conjugaba inno­vación tecnológica y belleza.

Ciclosfera ha entrevistado a uno de sus autores, Jan Heine, periodista, amante del ciclis­mo y editor de la revista Bicycle Quarterly. Dirigi­da a los ciclistas más exigentes, sus lectores podrán encontrar en este rincón del ciclismo especializado un espacio de historia, ingeniería, antropolo­gía y diseño.

¿Cuál fue la edad de oro de las bicicletas artesanales?

Ha habido muchas épocas en las que las bicicletas han expe­rimentado un gran boom. Nos centramos en el París de los años 40 porque entonces había ciclistas de todas las clases sociales. Apreciaban la arte­sanía de las bicicletas bonitas y bien hechas. Pedaleaban mucho y muy duro. Y lo pasaban muy bien con sus amigos.

¿Cómo eran aquellas bici­cletas?

Las bicicletas de los cons­tructores de los años 40 eran insuperables, incluso compa­radas con las actuales. Cons­tructores como René Herse o Alex Singer tenían en cuenta cada parte de la bicicleta a la hora de diseñarla. No sólo prestaban atención al marco y los componentes, sino también al guardabarros, las luces, el portaequipajes… Muchos de esos componentes eran hechos a medida del cliente, por lo que el resultado era un todo único y no la unión de distintas partes. El resultado era una bicicleta más ligera, mejor y más bonita.

¿Por qué decidiste escribir este libro?

Quería enseñar estas bicicletas a una audiencia mayor. Nuestra revista, Bicycle Quarterly, ex­plora los aspectos técnicos de aquellas bicicletas y la historia que se esconde tras ellas, pero su belleza pura requería una formato distinto. También publicamos un libro, el pasado mes de noviembre, con la historia completa del famoso constructor René Herse.

¿Cómo reuniste toda la información y las foto­grafías?

He empleado más de diez años investigando el trabajo de estos constructores. Las fotografías se tomaron en varios estudios de Francia y EE UU. Ha sido un gran esfuerzo dar forma a este libro, porque teníamos que llevar las bicicletas a esos estudios o los estudios hasta las bicicletas.

Has seleccionado 50 bi­cicletas. ¿Cuál ha sido el criterio? ¿Se han quedado muchas fuera?

Queríamos mostrar una buena selección de bicicletas típi­cas, desde las de gama más alta hasta las más asequibles. También queríamos mostrar los diferentes tipos de bici­cletas que se contruían en la época: randonneur, camping, city, porteur, tandem etc. Finalmente, queríamos mostrar bicicletas originales. Muchas de ellas aún conservan su pintura original. La precisión histórica es importante para nosotros.

El libro habla mucho del pasado de las bicicletas. ¿Qué hay del futuro? ¿Cómo crees que será el mañana del ciclismo urbano?

Una razón para hacer este libro era precisamente servir de inspi­ración para el futuro. De hecho, muchos jóvenes constructores de EE UU se han inspirado en nues­tro libro para hacer bicicletas que siguen la tradición de aquellos constructores. Ahora hacen sus propios portaequipajes, montan cuidadosamente los guardabarros y defensas e integran las luces en el diseño. Resulta muy excitante ver la influencia de lo mejor del pasado en el futuro de las bicicletas.

¿Crees que el fenómeno fixie está contribuyendo a poner de moda las bicicle­tas artesanales?

Creo que es un gran punto de partida, sin duda. Pero para aquellos que buscan combinar funcionalidad y moda, las bici­cletas de constructores, tanto antiguos como modernos, son una gran opción.

“El ciclismo urbano está creciendo en todas partes, y creo que irá a más”

¿Y el ciclismo urbano? ¿Vive un buen momento?

El ciclismo urbano está cre­ciendo en todas partes, y creo que irá a más. Montar en bici­cleta es divertido, y permite a la gente interactuar con sus ciudades de una nueva manera. Además es saludable y ayuda al medio ambiente.

¿Qué bicicleta tienes?

Uso fundamentalmente dos. Una de carretera con la que co­rro eventos de hasta 1.200 km, como la París-Brest-Paris. La otra es una bicicleta urbana que uso para recorrer la ciudad y repartir libros y revistas. Ambas son enormemente divertidas.

¿Cuál es la bici de tus sueños?

Una versión moderna de la que construyó René Herse y que ilustra la portada del libro. De hecho, construí esa bicicleta durante tres años y me encanta utilizarla.