Cultura ciclista

Tricycle Touring: libertad sobre tres ruedas

Carlos Trabal escribe un completo diario de su aventura en trike por Cataluña. Y demuestra, una vez más, que la discapacidad no está reñida con los pedales.

Hacía ya tiempo que quería hacer rutas de cicloturismo algo más largas que las salidas habituales, pero debido a las limitaciones existentes por mi discapacidad y las características de mi antiguo triciclo tipo delta (con dos ruedas detrás), decidí buscar una fábrica de triciclos eléctricos que pudiese fabricar una maquina tipo tadpole (con dos ruedas delante), más estable, con mejores frenos, más autonomía y algo más potencia en las subidas, que se adaptase mejor a mis necesidades.

Después de un buen tiempo indagando, me puse en contacto con Etnnic Personal Mobility Cycles en Guipuzkoa. Tras tres meses de comunicaciones con Néstor Zabaloa, a quien agradezco mucho su profesionalidad y extensa paciencia conmigo, finalmente recibí en casa uno de sus triciclos eléctricos, el flamante Adventure Trike, con diversas modificaciones. El trike llego en una caja por mensajería urgente y en una segunda caja me enviaban el baúl y las alforjas. Tras montar el sillín, el manillar, las dos ruedas delanteras con el genial sistema Sturmey que incluye los dos frenos de tambor y los múltiples accesorios que había adquirido con la ayuda de mi primo Avelino, realicé unas cortas pruebas iniciales para acostumbrarme un poco a la nueva máquina, comprobar que todo funcionaba correctamente. También visité la tienda de bicicletas del amigo Bike Ñeke de Blanes para añadir gel anti pinchazos en las tres cámaras ya montadas. Me sorprendió que no viniese instalado el acelerador de puño que había pedido como extra y las manetas de freno no tenían el bloqueo de los frenos estándar que incluyen de origen, por lo que me puse en contacto con la fábrica y se excusaron pues con el cambio de velocidades instalado en la maneta derecha hacía imposible instalar un acelerador de puño y el resto equipamiento instalado no les permitía acoplar las manetas con bloqueo (dos detalles que considero importantes y deberé acostumbrarme a estas carencias o bien realizar las modificaciones posteriormente).

Preparé todo el equipo repartido entre las dos alforjas, el baúl y la bolsa del manillar, revisé el itinerario, cargué baterías, abrí el canal de Youtube y me dispuse a salir al día siguiente. El objetivo inicial era llegar a la frontera de Puigcerdá con Francia, entrar en Llivia y bajar a Calders en una semana y pasar allí unos días antes de regresar, aunque debido a varios acontecimientos sobre la marcha y el fallecimiento de un familiar tuve que realizar varios cambios de ruta y regresar antes de lo previsto.

Foto: Carlos Trabal.
Foto: Carlos Trabal.

El sábado 8 de Julio salí desde Blanes, un bonito pueblo de la Costa Brava y me dirigí a pasar la primera noche en casa de un amigo en Llagostera. El calor era propio del mes de julio, aunque la lluvia apareció a los pocos kilómetros y me acompañaría interrumpidamente durante tres días. La carretera pasa por Lloret de Mar y Cala Canyelles hasta Tossa de Mar. Al llegar a Tossa di una vuelta por la bahía de este precioso pueblo costero y ascendí con el Trike al castillo medieval del siglo XII. Durante el chaparrón tuve que refugiarme un rato y aproveché para comer. La casa de mi amigo en Llagostera se ubicaba en lo alto de una colina, pero fue algo complicada de encontrar en este primer día de salida y tras varios kilómetros rodando por diferentes caminos de tierra en bastante mal estado, con mucha inclinación y carreteras demasiado transitadas, decidí regresar a Tossa de Mar y buscar alojamiento para esa noche. En total hice 37,5kms con una pendiente acumulada de 414m en subidas (tres subidas principales de 0m a 174m), 393m en bajadas y una velocidad media de 5,85Km/h contando con las múltiples paradas para hacer fotos, videos, avituallamiento, etc., más otros 15 kms rodando por Tossa.

Al día siguiente quería recuperar la distancia no acometida del día anterior, salí pronto y tomé la carretera antigua desde Tossa a Sant Feliu de Guixols. Poco tráfico, varios ciclistas siempre saludando y una vistas increíbles de la Costa Brava y sus espectaculares calas, rodeadas de alcornoques y pinos.

Foto: Carlos Trabal.
Foto: Carlos Trabal.

Al llegar a Sant Feliu hice una parada obligatoria en la Oficina de Turismo para recoger el plano de las Vías Verdes que van desde aquí hasta Ripoll y otros tres destinos, haciendo en total más de 125 Kms, sin contar con los kilómetros de carril bici que existe en cada uno de los municipios de Girona. Las cuatro rutas principales son: Ruta del Hierro y Carbon de Ripoll-Sant Joan de les Abadesses-Ogassa, Ruta del Carrilet Olot-Girona, Ruta del Carrilet Girona-Sant Feliu de Guixols y la Ruta del Tren Petir Palamos-Palafrugell. He de decir que, en la provincia de Girona, hay muchísimas áreas y empresas de servicios dedicadas a ciclismo y senderismo lo que hace una zona ideal para cicloturistas de todo el mundo. En mi caso hice parte de la Ruta del Carrilet a la inversa en subida (la mayoría de ciclistas bajan de Olot o Girona hacia la Costa y en caso de haber dejado el coche al inicio de la ruta, contratan alguna empresa de servicios para volver a subir las bicicletas en cómodas furgonetas).

Foto: Carlos Trabal.
Foto: Carlos Trabal.

Tras pasar por el puerto de Sant Feliu y preguntar a los viandantes, me dirigí hacia Palamos para encontrar a pocos kilómetros el inicio (o final) de la Ruta del Carrilet. Allí también me detuve para charlar con otros ciclistas que como venía siendo costumbre me preguntaban por mi máquina tan fuera de lo común y me daban ánimos para seguir hacia mi próximo destino del día. Así pues, entré en las famosas Vías Verdes en Sant Feliu de Guixols y empecé a disfrutar de este maravilloso paraje durante varios kilómetros, pasando por cada una de las estaciones del pequeño tren de vía estrecha (Carrilet) que antiguamente circulaba por aquí: Castell de Aro, Santa Cristina de Aro, Bell Lloch, LLagostera, Cassa de la Selva (donde paré a comer, refugiarme de la lluvia y recargar unas 3 horas la batería), Quart y Girona. Al llegar a Girona la lluvia ya era bastante fuerte y a pesar de mi chubasquero y de estar totalmente empapado, decidí continuar mi travesía hasta el Lago de Banyoles, donde tenía reservada una bonita habitación con vistas. La travesía fue más dura de lo esperado, pues al salir de las vías verdes tuve que entrar de nuevo en una carretera que posteriormente se convertía en autovía. Por suerte, y gracias a los mapas del móvil, pude ir sorteándola, entrando y saliendo de la autovía hasta llegar a la carretera antigua que sube a Banyoles y conseguí llegar al hotel sin mayores problemas. Fueron un total de 88,6 kms recorridos en algo más de 9h pedaleando a una velocidad media de 7.15km/h con una pendiente acumulada de 549m en subidas y 395m en bajadas, mas unos 15 kms rodando por los pueblos.

Al día siguiente, aproveché para dar una vuelta por este bonito lago que tantas veces había visitado, nadado y paseado en patines flotantes de niño con mi familia, con más de 6km de carril de bicis. Aproveché una parada en una tienda de bicis para tensar el cable de freno trasero y comenzar mi recorrido a Olot, pasando por el pico de Santa Pau a 623m. El paraje es precioso, tuve una parada de refrigerio por el camino y conseguí llegar a Olot relativamente pronto a pesar de la subida. Al llegar al pueblo y tras pocos kilómetros por sus calles, el triciclo empezó a culear y el peor de mis presagios se hizo realidad: ¡había pinchado la rueda trasera! El consuelo fue que ya estaba en un gran municipio y no perdido en una zona inhabitada.

Descargué las alforjas, saqué las herramientas y me dispuse a mi primer cambio de cámara en el nuevo triciclo. Cuál fue mi desánimo al ver que no era capaz de hacerlo por mí mismo: no podía sacar esa rueda incluso tumbando el triciclo en la calzada. El cambio de marchas, la cadena, los cables y el freno de disco lo hacían verdaderamente difícil, por no decir imposible si estas solo y además tienes una discapacidad que no te permite ni arrodillarte en el suelo ni doblar una rodilla apenas 90 grados.

No os lo había comentado, pero siempre viene conmigo mi ángel de la guarda. Así que pregunté a Google y aparecían al menos cuatro tiendas de bicicletas en Olot, una de ellas a menos de 1 kilómetro de donde estaba. Coloqué la cámara y el neumático con la intención de acercarme a esa tienda, intenté hinchar con el cartucho de Co2 y salió volando de mis manos el tapón al norte y el cartucho al sur, con una explosión que me obligo a contarme todos los dedos de las manos dos veces. Saqué la bomba de aire y no funcionaba bien (recordar comprobar todo antes de la próxima salida). Les llamé, expliqué mi desafortunada situación y en menos de una hora Espai Bici Olot muy amablemente vino al rescate en su furgoneta, cargamos todo y nos dirigimos a su tienda. ¡Muchas gracias, amigos de EBO!

Foto: Carlos Trabal.
Foto: Carlos Trabal.

Tras ayudar en lo que pude a sacar la rueda, sustituir la cámara por una de las que llevaba de repuesto y ver la complejidad de la operación, me desinflé un poco de moral al darme cuenta de que si esto me ocurría estando más lejos o a gran velocidad, hubiese tenido un problema más serio de lo que por suerte fue. Salí de la tienda y me fui a descansar al hotel. ¡Vaya sitio tan espectacular!

En total fueron 40,6Km en menos de 3h (+ 3h de parada en boxes), con una pendiente acumulada de 492m de subidas, 220m de bajadas y una velocidad media de 7,03Km/h mas otros 15 kms visitando Olot. Retomé fuerzas con una buena cena, ya que no había podido comer nada desde el desayuno, pero recibí las malas noticias de un familiar que estaba en estado crítico, por lo que empecé a considerar opciones en caso de tener que rehacer mi itinerario (cosa difícil sin un ordenador a pesar de que el móvil sirve para casi todo).

Al día siguiente, al conocer las malas noticias sobre el fallecimiento de mi tía, en lugar de continuar hacia el norte, cambié de ruta y me dirigí a Joanetes en la Vall d’en Bas. La ruta desde Olot, situado en pleno Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, es increíble. Uno de los mejores sitios para disfrutar de un paisaje volcánico. En total fueron 11,4Kms con una pendiente acumulada de 142m y 26m en bajadas aparte de los paseos por este valle. Mi hermano Kike subió en moto hasta allí para comer conmigo y pasamos un buen rato juntos. Al volver a su casa me dijo que la carretera que yo pretendía tomar al día siguiente por la Collada de Bracons hasta los 1,150m de altitud tiene una inclinación demasiado pronunciada para mí (hasta el 14% en los 7km subida y hasta el 17% en los 10 kms de bajada) y que desistiera del plan regresando por las Vías Verdes hasta la costa. Además, esa carretera se junta con una autovía que prohíbe la circulación de bicicletas, y la otra opción es incluso menos viable pues pasa por tres túneles largos, uno de ellos de más de 4.500m que también prohíbe el paso de bicicletas y camiones (con productos no perecederos).

Foto: Carlos Trabal.
Foto: Carlos Trabal.

En vista del panorama, y puesto que el abandono no era una opción a considerar, decidí llamar a Bicicarril, una de las empresas de servicios de las rutas verdes. Acordamos que al día siguiente me recogerían y llevarían hasta Manlleu, a unos 30km, para que pudiese continuar mi travesía hacia Santa Eugenia de Berga y hacer otros 25 kms.

Durante el día siguiente aproveché para pasear en triciclo por el precioso Valle de la Garrotxa, provincia de Girona. Unos 30-40kms disfrutando de un increíble paraje rodeado de castaños, robles, encinas y hayedos; trigo, vacas y caballos, con el permanente espectáculo de fondo del Puigsacalm (1.514m, el punto más alto de la cordillera Transversal) y las Sierras de Corb, San Miquel y Llancers hasta que me vinieron a recoger con la furgoneta y cruzamos a la provincia de Barcelona por los túneles y pude continuar con el plan de viaje.

Desde Santa Eugenia de Berga inicié temprano mi ruta hacia Calders, donde en un principio teníamos la celebración anual familiar al día siguiente, cancelada por el entierro. Me dirigí a un bonito pueblo llamado Tona, que conocía por mis abuelos y en el cual se encuentra los restos de un Castillo del año 889. Acto seguido emprendí la subida a Collsupina, otro pico de 929m de altitud situado en la joven provincia del Moianes y seguido del bonito pueblo de Moia, donde aproveché para comer y refugiarme del sol unas horas. Por la tarde conseguí mi objetivo y llegué a casa de mi hermano en una pequeña urbanización pasados los pequeños pueblos de Calders y Artes, próximo a Manresa. En total otros 40,3Km, en 3h pedaleando, con una pendiente acumulada de 454m en subidas y 435m en bajadas y otros 10kms por el pueblo.

Conclusiones:

  • Estos han sido los primeros 400Kms de recorrido en mi Adventure Trike eléctrico en prácticamente una semana. Totalmente recomendable si tienes alguna dificultad física que afecte tu movilidad, fuerza o estabilidad, pero deseas hacer ejercicio y trasladarte de un modo más seguro que en una bicicleta y más ecológico que una motocicleta de 2-3 ruedas (no es una moto ni debe considerarse como tal, hay que pedalear siempre y cuanto más fuerte mejor para ti y para la autonomía…).
  • Dispones de 3 niveles de asistencia más 3 marchas y una autonomía en montañas como las que he recorrido estos días de unos 30-40kms por ciclo de carga, considerando que llevaba al menos 25-30kgs repartidos en las alforjas y baúl (la próxima vez espero llevar menos de 20kgs), los 27 kgs del triciclo y mi peso de 63 kgs (115-120 kgs en total), pero que pueden llegar a convertirse en 70-80Kms o incluso más en recorridos más planos y con menos peso.
  • El display indica 5 barras con la batería cargada, pero no son proporcionales. Según mi experiencia con estos recorridos montañosos, podéis realizar al menos 20kms con la primera barra (quedando 4), 10kms con la segunda barra (quedando 3) y otros 10km con las 3 barras restantes.
  • En una de las bajadas alcancé una velocidad máxima de 47Km/h, pero no recomiendo a nadie superar los 30-40 km/h para evitar posibles caídas, sujetar relativamente fuerte el manillar siempre con ambas manos e ir frenando aleatoriamente con los dos frenos, especialmente controlando con el trasero de disco (los dos de delante frenan poco y en bajadas pronunciadas puede ser peligroso con un movimiento súbito del manillar).
  • Hay que tener en cuenta que no se conduce como una bicicleta: en las curvas no podemos plegar, con lo cual es necesario frenar antes de entrar en la curva y ladearnos hacia el interior y/o hacia delante en caso necesario o podríamos volcar. La ventaja de este tadpole es que siempre verás si la rueda delantera pierde contacto con el suelo en una curva, pero estar atentos para poder reaccionar rápidamente y evitar sustos o caídas (la alforja más pesada delante nos ayudara en este sentido).
  • El fabricante recomienda comprobar frecuentemente que la tornillería de la dirección está bien sujeta o deberemos apretarla para evitar caídas (yo la he comprobado a diario, pero no he tenido que apretarla, solo tensar los frenos).
  • Prestar atención a la conducción y disfrutar al máximo del cicloturismo, en este caso Tricycle Touring.
  • La preparación física no es tan importante como la mental para salidas largas.
  • Yo siempre digo: La vida es muy corta, no esperes a mañana. Cuida de tu familia y amigos, viaja, bucea, respeta el planeta y diviértete todo lo que puedas. Persigue tus sueños y nunca abandones.

Características Técnicas del Triciclo eléctrico Etnnic Adventure Trike (personalizado)

  • Estructura-horquilla delantera modificada a mi gusto
  • Motor central 350W
  • Batería 17,5 Ah y 36V en parrilla trasera
  • Bielas de 140mm
  • Tija con suspensión Satori
  • Asiento con respaldo
  • Acelerador de gatillo
  • Buje trasero Sturmey de 3 velocidades (hay que ajustarlo, pues no va fino)
  • Guardabarros trasero
  • Cubiertas Wanda de 2.25
  • Baúl Givi
  • Alforjas Ortlieb City
  • Bolsa manillar Ortlieb Ultimate 6S Classic

Equipamiento Recomendado para salidas de Cicloturismo

  • Casco (MTB o Enduro)
  • Retrovisores (1-2)
  • Gafas polarizadas (por fuera de las correas de sujeción del casco)
  • Guantes con almohadillas
  • Kit de herramientas completo
  • Kit de repuestos completo (tornillos, cadena, radios, pastillas freno, cámaras con gel y neumático)
  • Cartuchos de CO2, bomba de aire y manómetro
  • Candado homologado y alarma
  • Seguro que incluya asistencia en carretera, robo y responsabilidad civil
  • Kit de primeros auxilios completo
  • Faros (2 delanteros, 2 traseros y 1 frontal)
  • Botellines de agua y sales (al menos 2-3)
  • Ropa técnica de ciclismo (camisetas, maillots, shorts, calcetines, chaleco, chubasquero, térmica, etc)
  • Kit de higiene personal
  • Móvil con GPS y aplicaciones varias (Wikiloc, Google Maps, Malileo, maps.me, Bikemap, Road Map…)
  • Action Camera GitUp Git2 con micrófono externo (o GoPro si hay presupuesto)
  • Soportes de manillar para móvil y cámara de video
  • Batería externa de 20.000 mAh o placa solar con batería
  • Equipamiento de camping (saco de dormir, cubiertos, navaja, toalla microfibra, silbato, jabón ecológico, etc)
  • Un/a compañero/a de viaje
  • Cuando existan placas solares con inversores capaces de recargar una batería de litio de 36V, podremos acampar y recorrer más kilómetros diarios (mientras tanto, una segunda batería no sería mala idea).
  • Si solo vais por asfalto, considerar neumáticos de BMX de ancho similar.

Puedes seguir a Carlos Trabal en su canal de Youtube.