Contaminación

Ed Orcutt, el político que afirma que un ciclista contamina más que un automovilista

El ciclista respira más rápido que un automovilista, y eso hace que emita más CO2. Ese es el curioso argumento que usó el político estadounidense Ed Orcutt para justificar la aprobación de un impuesto especial para la venta de bicicletas.

Ed Orcutt nació en 1963, milita en el Partido Republicano y puede presumir (o avergonzarse) de haber hecho una de las afirmaciones más risibles de los últimos tiempos, cuando quiso justificar su apoyo a un impuesto especial a las bicicletas porque que los ciclistas “contaminan cuando pedalean” ya que “expulsan más dióxido de carbono” debido a su pulso cardiaco más elevado y respiración más frecuente.

Fue en 2013, mientras se discutía un nuevo plan de movilidad en el estado de Washington (EEUU), del que Orcutt es representante. Una de sus propuestas fue imponer un impuesto de 25 dólares (22,2 euros) a cada bicicleta que superara los 500 dólares (445 euros), medida que fue rechazada por todos los colectivos ciclistas.

Orcutt también culpó a los ciclistas de “no pagar por las carreteras que usan”

Al ver que uno de los principales argumentos que empleaban era la limpieza y respeto al medio ambiente que implica moverse en bicicleta, Orcutt no dudó en enviar un correo electrónico a un votante crítico. “Expulsas más CO2 al ir en bicicleta que conduciendo un coche”, aseguró el político. “”No puedes decir que montar en bicicleta no contamina”, añadió, “porque si no me equivoco el pulso y la respiración de un ciclista se aceleran. Eso significa que expulsa más dióxido de carbono. Y dado que el CO2 provoca el efecto invernadero, los ciclistas contaminan cada vez que pedalean”.

Orcutt no se quedó ahí: en su correo electrónico insistía en la creación de un impuesto especial a las bicicletas debido a que los ciclistas “no pagan impuestos por las carreteras que usan, a diferencia de los automovilistas”. Aquí también se equivocaba: como es bien sabido, las carreteras y demás infraestructuras viales (en EE UU y en cualquier otro país del mundo) son sufragadas con impuestos de todo tipo, y los incluidos en los combustibles son sólo una mínima parte. Cualquier ciclista que pague impuestos (es decir, todos) ya está pagando por unas calzadas que, por otra parte, desgasta mucho menos que cualquier coche.

Orcutt reaccionó rápido a la avalancha de críticas recibidas. Poco después envió un correo a una web ciclista de Seattle (Seattle Bike Blog) intentando explicar sus palabras, y justificando el impuesto en que se recaudaría un dinero “que iría siempre destinado a construir infraestructuras ciclistas”.