Ciclosfera #6

Mikael Colville-Andersen “Tenemos una batalla que ganar a los coches

“La bicicleta es un invento del siglo XIX que está revolucionando la movilidad del siglo XXI”. Acompañado de una copa en una callecita de Viena, el creador del Cycle Chic y una de las figuras más influyente del ciclismo urbano mundial nos habla de ciudades, tendencias, casco y futuro.

Cuando Mikael Colville-Andersen pedalea, hace girar las cabezas. Los caminantes no le reconocen, pero muchos de los que pedalean sí. El creador del Cycle Chic, el urbanista más mediático del mundo, recorre Viena tras haber soltado su discurso ciclista a un auditorio encandilado.

¿Qué pasa ahora mismo con el Cycle Chic?

Sigue creciendo; la gente quiere seguir formando parte de él y eso es increíble. El concepto se ha consolidado y continúa floreciendo. Al principio siempre pensé que este tren se pararía, pero por ahora no ha ocurrido.

Le acusan de moderno y de haber creado una tendencia vacua y frívola.

Cycle Chic es mainstream, márketing del ciclismo o ciudadanía. No es una subcultura, y no es tan frívola. Habla de gente de verdad y de una filosofía: vístete para el destino, no para el camino. Vete a tu armario y ponte lo que te apetezca. Algunas subculturas ciclistas quieren imponer una indumentaria concreta para montar. Debes llevar esta ropa, usar estos guantes. “Para ser un verdadero ciclista tienes que ser como yo”, parecen decir. Cycle Chic lucha contra eso. Y, lo más importante, incita a que en las ciudades se hable sobre bicicletas; se planifique teniendo en cuenta la movilidad ciclista.

“Vístete para el destino, no para el camino”

¿Qué aporta el movimiento a la cultura de la bici?

Una idea muy simple: tienes todo lo que necesitas para pedalear. Ya tienes la ropa en tu armario incluso antes de tener la propia bicicleta. No es moda, no es alta costura… ¡Lleva tu maldita ropa en la bicicleta! Marcas como H&M o Levi´s están lanzando líneas para el ciclismo urbano, y me pregunto: ¡Oh, dios mío! ¿Cómo hemos podido ir en bici durante más de un siglo sin estos pantalones? En realidad… No es nada nuevo. Un día, investigando, encontré un anuncio de hace más de cien años sobre un corsé para ir en bicicleta. En ese momento era un mercado emergente, había inversiones y perspectivas. Querían capitalizar un concepto igual que las marcas de hoy en día.

¿Le parece mal?

Al contrario. Es bueno porque significa que la bici está de moda, que se habla de ella y que se consolida como un medio de transporte serio. Por otro lado, es hacer dinero de una tendencia y, márketing de por medio, hacernos pensar que necesitamos cosas que en realidad no son imprescindibles para ir en bici. Son objetos nuevos que se relacionan con lo fashion o lo cool. Lo bueno es que normaliza la idea de ir en bici y la extiende. Hay que mantener un equilibrio y, sobre todo, ser tú mismo en la bici.

¿Se está generando una burbuja en torno a los pedales?

Por supuesto. Recibo, como mínimo, cinco mails al día preguntándome sobre un nuevo producto asociado a la bici. Siempre que hay gente que quiere hacer dinero con una tendencia corremos el riesgo de empezar una burbuja. Ya hubo una en los orígenes de la bicicleta. En Estados Unidos se vendían cartucheras para llevar las armas en el cuadro. “La necesidad es la madre de la invención”, dijo Sócrates. Nosotros lo aplicamos. Repetimos la misma historia con diferentes productos. No son realmente necesarios pero es importante que la gente que los lanza tenga éxito. En general, hay mercado y muchos inversores piensan que van a hacer dinero. Ven el potencial, pero no terminan de afinar las ideas. Lo intentan y eso es interesante, pero en un momento no les necesitaremos. Sólo necesitamos nuestra bici. Y si era de tu abuela, mejor.

“Ahora mismo, las bicis más ‘cool’ son las más viejas”

¿También ha caído en lo vintage?

Ahora mismo, las bicis más cool son las más viejas, y eso es una evidencia de que las grandes compañías, de alguna manera, han fracasado. Frente a las bicis smart, sofisticadas o de carbono, aparecen estas bicicletas viejas que no paran de expandirse y que pueden costar un 400% más que su valor original. La gente quiere diseño, y la industria no está produciendo eso. Por suerte, algunas pequeñas tiendas y compañías sí lo hacen.

Como urbanista, ¿qué augura para las urbes de mundo?

No soy el tipo de persona que está siempre en la bici. Me voy de vacaciones a la playa y conduzco. No tiene que estar presente en todas las facetas de mi vida. Los coches son útiles para algunas cosas. Intento ser lógico, racional y también pragmático. Mi pretensión no es que todo el mundo lleve bici. Soy realista; no un hippie. Defiendo un reparto modal más equilibrado: 30% coche, 30% bici y 30% transporte público. La bicicleta ya transformó la sociedad de manera más rápida y eficiente que cualquier otro invento: liberó a las clases trabajadoras, a las mujeres, mejoró el intercambio genético porque te podías ir a visitar a tu querida o querido del pueblo de al lado… Ahora, en 2013, la bicicleta lo está volviendo a hacer. Hablamos de un invento del siglo XIX que es catalizador de soluciones para los problemas urbanos de 2013. Un icono sobre cómo deben ser las ciudades. Si incorporas a peatones y bicicletas en la planificación de la ciudad, se convierte en un lugar más habitable y agradable. Y ya lo estamos haciendo. En España hay buenos ejemplos como Sevilla, San Sebastian, Barcelona o Zaragoza. En Sevilla no había movilidad ciclista hace seis años, la incorporaron y ahora es un lugar donde se vive mejor. Es un ejemplo de ciudad visionaria del mundo.

“María Seguí (directora de la DGT) no es una persona válida y debería buscar un nuevo trabajo”

Esfuerzos que con la obligatoriedad del casco pueden quedarse en balde.

Sabemos mucho sobre bicis, sobre el casco y sus efectos. Se ha investigado al respecto, y la ciencia no posee estudios concluyentes sobre su efectividad. Mientras no los tengamos, no debería imponerse. Si el casco fuera un medicamento que tuviera que aprobar la Organización Mundial de la Salud, en base a las investigaciones realizadas, no lo legalizaría. Esta señora [María Seguí, Directora de la Dirección General de Tráfico] necesita una llamada de atención. Esa propaganda emocional que utiliza no tiene nada que ver con la ciencia. Debe mirar a Europa. Si no se interesa de manera científica por el tema, no se merece la posición política que ostenta. No es una persona válida y debería buscar un nuevo trabajo. Estoy seguro que el sector del automóvil adora a esta mujer. En realidad, defiende un discurso del siglo pasado.

¿Por qué no usamos las bicis de manera masiva como los coches?

Muchas empresas de coches empezaron produciendo bicicletas. Aprendieron todo lo que saben de marketing de la industria de la bici; les dimos todo. Y ahora son nuestra némesis. Tenemos que cambiar eso. Nuestros antagonistas son muy fuertes: el imperio del coche contraataca. Hay una batalla por ganar. Necesitamos publicidad de pedales que haga marketing de las bicicletas como si fueran otro producto. Cuando se promociona el alcohol no se habla de alcoholismo, vómitos o resaca sino de lo positivo. La bicicleta siempre está rodeada de peros y algún argumento negativo cuando lo positivo es mucho más importante. Si publicitásemos las bicis como el vino, tendríamos más éxito. Hay que usar técnicas de marketing mainstream para promocionar la bici. Cycle Chic es una de ellas.

¿Cómo te sientes habiendo creado un monstruo como Cycle Chic?

Agradecido y abrumado. A veces me apetece levantarme y volver a crearlo. Parezco un tipo seguro de mí mismo pero, cuando viajo a una ciudad y me cruzo con una chica que me recuerda a esa primera foto, me emociono. Una vez en Sao Paulo, una ciudad horrible para pedalear, me dijeron: “Eres la razón por la que me compré una bicicleta”. Me quedé al borde de la lágrima. Lo siento, soy un romántico. No soy un ciclista, soy un ciudadano y quiero que la gente se dé cuenta de que la bici es importante para sus ciudades y para su futuro.

“No soy un ciclista, soy un ciudadano”

Hablando de futuro, ¿cuánto te inspiran tus hijos para defender los pedales?

Cuando empecé con el blog, la gente no hablaba de bicis. Investigué y era el único blog sobre ciclismo urbano. Desde entonces eso ha cambiado, hablamos mucho más de bicicletas. Mucha gente me inspira, Twitter me inspira, pero… ¡Joder! ¡Mis niños, Félix y Lulú Sophia, son fantásticos! No les hablo de ecología, ni les digo que los coches son malos, ni les adoctrino sobre las bondades de las bicicletas: simplemente, vamos en bici y he hecho que sea un medio de transporte normal en sus vidas. Les doy la experiencia de vivir la ciudad de maneras diferentes: a pie, en transporte público, en bici o en coche, y les escucho. La simplicidad del pensamiento de los niños aporta mucho. Los niños son racionales y eficientes en muchos aspectos. Ellos son el futuro, y el futuro del urbanismo. Por ellos podemos, y debemos, volver a hacer ciudades habitables.

SEDUCTOR UNIVERSAL

Nacido en Canadá en 1968, a Colville le gusta seducir. Con la palabra, los gestos y la bicicleta. Hace casi diez años, de manera accidental, tomó una foto de una chica muy mona a pedales que acabó siendo el germen del fotoblog Copenhaguen Cycle Chic. El objetivo: sacar ciclistas de la capital danesa con tacones, pañuelos, gorras, pantalones cortos, trajes de tweed o minifaldas. Con sus imágenes conquistó primero a la blogosfera. Luego, a la industria de la moda. Después, al mundo. No hay capital que no posea su versión del blog: en torno a 200 ciudades tienen sus propias fotos chic en bicicleta. Lo que, de alguna manera, le hace responsable de la fiebre por la bicicleta que vivimos.