Cultura ciclista

Mejores amigos: pasea en bicicleta con tu perro

Amas a tu bicicleta. Amas a tu perro. ¿Has probado a combinar ambos?

Cuando hace años adopté a mi primer perro, un galgo español como los que se abandonan a miles cada año en este país, no tardé en darme cuenta de que era un ser especial. Y especialmente sensible. Por alguna razón, Gordon le tenía miedo a casi todo: al viento que mueve las hojas en otoño, a los pastores alemanes del parque, a los tendederos, a las guitarras eléctricas (a las españolas no) y… a las bicicletas. Sobre todo, a las bicicletas. Teniendo varias en casa, aquello suponía un verdadero problema.

 No tardé en descubrir que, además de temor, las bicicletas producían en él una irresistible atracción. Fue el día que probé a llevarle a pasear junto a mi plegable: no se separó de mi lado durante todo el paseo. Aquel descubrimiento nos cambió la vida a ambos: a mí me permitía ir a una velocidad similar a la suya, y a él le mantenía atento a cada uno de mis movimientos, casi hipnotizado, como preguntándose qué clase de demoniaca maquinaria era esa. Hoy, tiempo después, una bicicleta aparcada sigue pareciéndole una amenaza, pero cuando se pone en movimiento se traduce en diversión. Misterios de la psique canina.

Dueño feliz, perro feliz

“Para un perro, los beneficios de pasear con su dueño en bicicleta son numerosos”, explica Ander Pérez, responsable del blog Magia Canina. “Se crea una rutina positiva, se contribuye a la socialización del animal, se mejoran la obediencia y el autocontrol y se mejora su equilibrio físico y emocional. Todo ello puede redundar en un vínculo mucho más estrecho con su dueño”.

Se crea una rutina positiva y se contribuye a la socialización del animal

Ese vínculo lo representan, en su forma más física y tangible, accesorios como Springer. La firma noruega lleva 20 años años comercializando un sistema para circular de manera segura con tu mejor amigo. “Usar un sistema como este es lo más recomendable”, cuentan desde su distribuidora en España, Speedog. “Al ir en bicicleta nos permite dar el suficiente ejercicio al perro, lo que no siempre es posible andando a no ser que estés varias horas o muy en forma y puedas correr bastante con él”, explican. El Springer se introdujo en nuestro país hace una década, y aunque es mucho más popular en otros países europeos, cada vez es más frecuente verlo.

Hay quien lleva un paso más allá la afición de pasear a su mejor amigo en bicicleta y lo convierte en un deporte. El bikejoring es una adaptación al mundo de la bici del conocido como mushing, la forma de transporte característica de los países nórdicos en la que los perros tiran de un trineo. Aquí no hay nieve, sino sendas, y no necesariamente se ha de contar con un grupo de fornidos huskies siberianos, sino que basta con uno o dos con mucha energía que gastar y un dueño que tenga claro que lo importante, una vez más, es el disfrute del animal. “Hay que ser capaz de hacerle entender al perro que está formando parte de un gran juego”, subraya Ander.

Tú eres el chófer

La realidad es que en la ciudad son pocos los que combinan bicicleta y perros con otra intención que no sea recreativa. O incluso, y desde su punto de vista, puramente contemplativa. En Copenhague, Dinamarca, es frecuente ver a ciclistas con sus bicicletas de carga fabricadas en el barrio de Christiana en las que, lejos de llevar pesados bultos, transportan a sus queridas mascotas a cuerpo de rey.

Ir en bicicleta nos permite dar el suficiente ejercicio al perro, lo que no siempre es posible andando

Hans Bloem es importador de la firma alemana de remolques Croozer, que tiene un modelo específico para perros, el Croozer Pet. “En otros países de Europa es muy habitual llevar a los perros en la bici“, explica. “Incluso se suelen reciclar los remolques para niños: una vez éstos crecen, son los perros los que los utilizan”, explica. “En un 95% perros y no gatos u otros animales”, calcula Bloem, sabedor de que los felinos prefieren la rutina y el calor del hogar a un veloz paseo callejero.

Como pasa con el Springer, e incluso de manera aún más acusada, en España aún son pocos los que llevan a sus amigos de cuatro patas en este tipo de remolques. “Aquí hay menos mercado”, reconoce Bloem, “por el mero hecho de que no se utiliza tanto la bicicleta en el día a día y no existen unas infraestructuras tan cómodas para circular con un remolque de estas características”. Quizá sólo sea cuestión de tiempo.

Una cosa está clara: los perros parecen disfrutar como niños de la sensación de ver pasar el mundo a gran velocidad. Porque hay pocas cosas de las que más disfrute un animal que de observar todo lo que ocurre a su alrededor. Al fin y al cabo, ellos viven el momento y lo exprimen al máximo. Quizás moverse en bicicleta sea lo más parecido a sentirse como ellos, aunque sea durante un glorioso rato al día.

Juntos, pero no revueltos

Tres sistemas para pedalear junto a tu perro sin riesgos.

Springer. Se adapta a la mayoría de modelos de bicicletas. Su muelle con el centro de gravedad bajo reduce la fuerza del perro hasta en un 90% para evitar tirones, y su dispositivo de seguridad lo libera en caso de interponerse algún objeto entre éste y la bicicleta. 64,95 €.

Bike Tow Leash. Como el anterior, mantiene alejado a tu mejor amigo de la bicicleta. Consiste en una barra semirígida que se coloca en la rueda trasera. Fabricado en EE UU. 117 €.

Walky Dog. Consiste en una barra de acero que aleja al perro de la bicicleta para evitar posibles accidente y un cordón regulable. Fácil de acoplar, permite fijarlo tanto a la tija, para perros grandes, como al cierre de la rueda, para los de menor tamaño. 39,95 €.

¡Llévame!

Frente a los sistemas para fijar al perro muchos optan por cestas, remolques o incluso bicis de carga.

Croozer Pet. ¿Un remolque específico para perros? ¡Existe! Croozer Pet está pensado para que tu mejor amigo viaje como un auténtico marqués. Un carro que aguanta hasta 40 kilos, para perros con problemas de movilidad… o simplemente un poco vagos. A partir de 200 €.

Mochila Karlie: Pensada para perros de menos de 7 kilos, se fija fácilmente al manillar. Cuenta con un correa interior para que el perro vaya atado y seguro, e incluso con bolsillos para llevar lo necesario para el perro (agua, comida…). Además, al bajar de la bici podrás usarla como bandolera. 72 €.

Cesta con rejilla Trixie. Para los más pequeños… y con tendencias escapistas. Una cesta de mimbre que incluye un cojín lavable. El complemento perfecto para que los perros de hasta 12 kilos viajen con total comodidad y seguridad. 62 €.

Consejos para pedalear con tu perro

  1. Hazte con un accesorio adecuado para fijar la correa a la bicicleta. Con él evitarás tirones y ganarás en seguridad para ambos. Llévalo siempre a tu derecha.
  2. Preséntalos: permite que el perro olisquee la bicicleta. Empieza con distancias cortas y ve aumentándolas poco a poco. Llegar al agotamiento es innecesario e incluso peligroso.
  3. Felicítalo constantemente. Hazle ver lo orgulloso que estás de él con palabras entusiastas. Pocas cosas hay más importantes para un perro que satisfacer a su dueño.
  4. Mantén una velocidad agradable y utiliza comandos simples para que vaya más deprisa o más despacio.
  5. Lleva siempre contigo agua para que pueda refrescarse y evita los días y horarios más tórridos: un golpe de calor puede ser fatal.