Las últimas pedaladas del político suicida

Cuando hablamos de un paseo en bicicleta se nos vienen a la mente palabras como libertad, felicidad o naturaleza. Sin embargo, la bicicleta también puede ser protagonista de una historia inquietante y angustiosa.

Situada en el norte de Bélgica y con apenas 70.000 habitantes, Hasselt es una tranquila y acomodada ciudad, uno de esos lugares silenciosos (y, por cierto, tierra de ciclistas) de los que apenas se habla en los medios.

Sin embargo, un extraño caso ha convulsionado el lugar durante las últimas horas. La primera alarma saltó la semana semana, el día 2 de abril, cuando se supo que Steve Robert Stevaert, uno de los políticos más famosos de Bélgica y residente en la ciudad, sería juzgado por un caso de violación.

Fue a principios de 2013 cuando una mujer acusó a Stevaert de violación. Los presuntos hechos ocurrieron hace cuatro años y medio, pero no fue hasta ahora que llegaron a los periódicos: el político tendría que testificar dentro de unas semanas.

Pero no será posible: Stevaert, de 60 años, amigo de los más altos poderes locales y uno de los líderes del Partido Socialista belga (llegó a ser ministro en 2004) no se presentó a su puesto de trabajo el viernes. Fue buscado durante todo el fin de semana, sin rastro de él… Hasta que se descubrió su bicicleta.

La máquina fue hallada en los alrededores del Albertkanaal, un canal cercano a Hasselt. Después de localizar su montura, los investigadores descubrieron ropa del político y, finalmente, su cuerpo. Según las autoridades locales, “consideramos que es un posible caso de suicidio”.

Todo parece indicar que, abrumado por el escándalo, Stevaert decidió acabar con su vida. Para ello, decidió ahogarse, y usó su bicicleta para llegar al lugar más idóneo… ¿Qué se le pasaría por la cabeza durante sus últimas pedaladas? ¿Sentiría placer al sentir que estaba huyendo definitivamente, o sería una desesperada carrera hacia ninguna parte?