Cultura ciclista

La Eurocámara aprueba que los coches puedan contaminar más

Los miembros de la Eurocámara votaron por mayoría una nueva legislación que permitirá a los coches contaminar un 110% más hasta 2021.

Los fabricantes ganan, el medio ambiente pierde. Y con él, la salud de todos los ciudadanos europeos. Los miembros de la Eurocámara rechazaron este miércoles por 317 votos a 323 vetar la nueva medición de emisiones de dióxido de nitrógeno, que en la práctica permitirá a los vehículos contaminar un 110% más hasta el año 2021 y un 50% más adelante.

En la aprobación de la medida han sido decisivos, además del voto del bloque del grupo Popular y de grupos como PNV o Ciudadanos, la abstención de 61 diputados socialistas europeos, que decidieron salirse del acuerdo alcanzado con la izquierda y los verdes. Esa disidencia procedió, sobre todo, de países en los que la industria automovilística tiene un poder importante, como España. De hecho, la delegación socialista española optó por abstenerse, lo que contribuyó de manera decisiva a no alcanzar los 376 votos necesarios para vetar la norma. La Eurocámara solo podía avalar o rechazar ese acuerdo, sin posibilidad de enmendarlo.

El nuevo sistema de medición nace del acuerdo alcanzado en octubre por la Comisión Europea y el Consejo de la UE. Una normativa que dobla el margen de desviación en las emisiones que había propuesto inicialmente Bruselas: en dicho plan se toleraba una desviación al alza de hasta el 60% durante la fase inicial y del 20% de manera permanente en condiciones de tráfico real, y no de laboratorio como ahora.

Se trata de una victoria sin paliativos de los fabricantes de coches. La patronal europea del sector, agrupada en la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), aplaudió de inmediato el resultado de la votación a través de un comunicado. En él aseguran que una decisión de la Eurocámara en otra dirección hubiera supuesto un importante perjuicio económico para ellos, dado que “reduciría el tiempo necesario para llevar a cabo los cambios necesarios en las líneas de producción de los vehículos”.

Una vez más, los intereses económicos vuelven a ponerse por delante de los de las personas. El reciente escándalo por la manipulación de las mediciones de Volkswagen no parece haber hecho reflexionar lo más mínimo a los miembros de la Eurocámara, que vuelven a ceder ante las presiones del poderoso lobby automovilístico. Ante ello, debemos ser los propios ciudadanos los que tomemos conciencia de la situación y optemos por cambiar nuestra manera de desplazarnos en las contaminadas urbes.