Cultura ciclista

Cinco actitudes que identifican al ciclista urbano ejemplar

¿Quieres ser un ciclista urbano ejemplar? Te damos cinco claves:

1. Circula como es debido. Hazlo siempre por el centro del carril, y por el carril de la derecha. El casco no es obligatorio, pero sí recomendable. Señaliza tus movimientos con suficiente antelación, y no olvides hacerte ver por la noche: lleva luz delantera y trasera y, si tienes, chaleco reflectante. ¡Ah, y olvídate de los auriculares!

2. Ten presente la jerarquía urbana. Nunca olvides que los reyes de la ciudad son los peatones, no los ciclistas. Aunque creas que te da tiempo a pasar antes que a esa anciana, detente en el paso de cebra y deja que cruce. Y por supuesto, no vayas por la acera, ni siquiera despacio. Es preferible que te bajes de la bicicleta y te conviertas en un peatón más hasta que puedas volver a la calzada o el carril bici.

3. Respeta las señales de tráfico. Es posible que tengas visibilidad suficiente para saltarte ese semáforo. Incluso que ganes unos valiosos segundos frente a los impacientes coches si arrancas antes de que se ponga en verde. Pero aun así, no lo hagas: si queremos que se nos trate como a un vehículo más, con los derechos que eso conlleva, también tenemos que cumplir con nuestras obligaciones.

4. Sé amable con los conductores. Hazlo incluso aunque, a menudo, algunos no lo sean contigo. Haz que vean que los ciclistas urbanos no nos estresamos y que estamos por la buena convivencia entre todos. Sé agradecido con los muchos automovilistas educados que, también, pueblan nuestras calles.

5. Disfruta… y haz que te vean disfrutar. Guiña el ojo a un niño que te mira ensimismado, conversa con el ciclista que se detiene a tu lado en el semáforo o, simplemente, sonríe. Contribuirás a que se nos vea como lo que realmente somos: gente que disfruta de moverse de un lugar a otro en el vehículo más limpio, silencioso y divertido que existe.