ConBici

Ciclosfera, premio ConBici 2014

ConBici, coordinadora en defensa de la bicicleta en España, nos acaba de anunciar que el premio ConBici 2014 a la movilidad sostenible es para Ciclosfera.

Desde 1992, año en el que se constituyó formalmente (desde mucho antes ya peleaban sin oficializarse), ConBici ha luchado por la bicicleta. Reúne a 57 asociaciones, unos 4.000 socios que se dejan la piel de forma desinteresada por promocionar el uso de la bicicleta, reconocer los derechos de los ciclistas y mejorar las infraestructuras en España.

Ciclosfera tiene mucho que aprender de ellos. Ciclosfera nació, como un sueño, en octubre de 2011, y publicó su primer número el 15 de mayo de 2012. Tiene apenas dos años y medio, tiempo suficiente para publicar diez revistas impresas (una por cada estación), una página web visitada por unas 10.000 personas al día y, por supuesto, reunir a una enorme comunidad de ciclistas urbanos de todo el mundo: casi 175.000 sumando Facebook y Twitter.

Es un premio al que hay que presentarse… Y no nos hemos presentado. Alguien de ConBici pensó que podríamos merecerlo y el voto de los socios respaldó su nominación. Gracias al que mencionó nuestro nombre, y gracias a todos los que pensaron que merecíamos ese galardón.

No trabajamos para ganar premios, pero bienvenidos sean. No tiene valor económico, pero sí moral: por venir de quien viene implica que el esfuerzo y la ilusión valen, y mucho, la pena. Que el ciclismo urbano está creciendo en España, en el mundo, es una realidad: si estamos ayudando a que las cosas cambien es que estamos haciéndolo bien.

Este premio es de mucha gente. De Raúl Marco y Luís Marín, los primeros que confiaron en que Ciclosfera tenía sentido. De Dani Cabezas y María Gil, que se dejaron y se dejan la piel en el proyecto. De Pepa Martínez, Carmen Herrero, Nuria Álvarez o Pablo Fernández, sin quienes Ciclosfera sería mucho peor. De locos como Koos Kroon, Carlos Bengtsson, Jaime Ripoll o David Gómez, que se publicitaron en nuestras páginas cuando todavía ni existían. De mi mujer, Rocío, que me enseña que la felicidad es posible y soporta mi romance con otra, en este caso una dama de papel y bits. Y el premio es, en resumen, también de todos vosotros: nos seguís y animáis a trabajar con más fuerza y sobre todo, con vuestro arrojo, corazón y energía, estáis ayudando a llenar nuestras ciudades de bicis, haciendo un mundo mejor.