Cultura ciclista

Tres inolvidables historias de amor... en bicicleta

Pasó San Valentín... pero no importa: todos los días son buenos para recopilar tres historias de amor en las que la bicicleta ha sido protagonista. ¿Quieres descubrirlas? Sigue leyendo.

El hombre que viajó de India a Suecia por amor

Pradyumna Kumar, más conocido como PK, nació en una de las castas más bajas de la India como un intocable y bajo una profecía: su matrimonio no sería concertado y su mujer vendría de lejos.

No tuvo una vida fácil y eso queda reflejado en el libro The amazing story of the man who cycled from India to Europe for love, de Per J. Andersson, basada en hechos reales.

Ser un intocable era sinónimo de discriminación. Cuando PK era niño, no era consciente de ello pero, una vez que fue al colegio, se dio cuenta que no era igual que los demás. Los niños no le miraban, no le hablaban, era como si no existiese. Hasta el punto de que no tenía permitido sentarse dentro de clase, tenía que hacerlo fuera con el resto de intocables.

Se pasaba los días dibujando y, años más tarde, le otorgaron una beca para ir al College of Art de Orissa. Como no tenía dinero, se dedicaba a pintar en la calle. Los turistas se acercaban a él para que les pintase retratos. Conoció a gente famosa y, también, a la que en un futuro sería su mujer, Charlotte Von Schedvin.

Uno de esos días en los que estaba en la calle pintando retratos de la gente, una joven sueca le pidió uno. PK se puso tan nervioso que no fue capaz de hacerlo bien, así que quedaron en que volvería otro día para poder repetirlo. La siguiente vez que intentó retratarla le pasó lo mismo y tuvo que volver una tercera. Durante esos días PK no era capaz de dejar de pensar en la profecía. Estaba seguro que esa era la mujer que el destino había elegido para ser su mujer.

Charlotte había viajado en una furgoneta Volkswagen desde Suecia hasta la India con tres adultos más y un niño. Lo que no sabía en aquel momento era que ese viaje le cambiaría la vida para siempre.

PK y Charlotte en su juventud.
PK y Charlotte en su juventud.

Mientras PK le hacía su tercer retrato, le dijo, sin ningún tipo de miramientos, que estaba seguro que se iban a casar. Charlotte, en vez de pensar que estaba loco, se dejó llevar y viajó con PK hasta su aldea natal para conocer a su familia. Tras tres semanas, Charlotte tenía que volver a casa, el viaje para ella había terminado.

Tras su separación, estuvieron un año y medio intercambiando algunas cartas hasta que un día, las ganas que PK tenía de volver a ver a esa mujer de la que se había enamorado fueron tan fuertes que decidió vender las pocas pertenencias que tenía para comprar una bicicleta e ir en su busca.

Pedaleó muchos kilómetros, le llevaron de vez en cuando en camiones, durmió infinitas noches bajo las estrellas, en casa de gente que se encontraba por el camino… Y, entre etapa y etapa de pedaleo, paraba a pintar para ganar algo de dinero y, de esta manera, continuar con su viaje.

PK y Charlotte intercambiaron cartas durante todos esos meses y eso era lo que a PK le mantenía con fuerza en momentos de debilidad. Un día, tras más de 6.750 kilómetros, por fin llegó a su destino. Actualmente, casi 50 años después, esta pareja sigue unida con dos hijos fruto de ese amor.

PK y Charlotte en la actualidad. b1ac5b42b06)

Miguel Delibes y sus veranos separado de Ángeles Castro

El escritor Miguel Delibes veraneó de joven en Molledo (Cantabria) y, su novia, Ángeles Castro en Sedano (Burgos).

Cien kilómetros que parecían, por aquel entonces, una gran distancia a recorrer. Y claro, en aquella época era muy complicado para una familia humilde comprar un billete para viajar en ferrocarril o en autobús. Sin tener en cuenta que no tendrían una línea directa y que debería hacer muchos trasbordos. Eran otros tiempos y las conexiones eran muy diferentes a las que conocemos hoy en día.

Como el amor era más fuerte que la distancia que les separaba, Delibes decidió que salvaría las distancias de la manera más económica que se le ocurría, con la fuerza de su propio cuerpo y la ayuda de una bicicleta.

Los hermanos Delibes. Foto: Archivo Delibes.
Los hermanos Delibes. Foto: Archivo Delibes.

Delibes le anunció mediante un telegrama Ángeles que un miércoles por la mañana del verano de 1941 llegaría para reunirse con su ella con los ahorros suficientes para pagar un alojamiento. Así, con ese plan, Delibes se puso en marcha dispuesto a superar subidas con desniveles superiores al 9% como el alto de la Reinosa, o el alto de Carrales hasta llegar a Sedano, donde la pareja se hospedó en diferentes alojamientos.

Miguel y Ángeles se casaron en 1946. Vivieron casi tres décadas de matrimonio, con siete hijos en común. Puedes leer la historia completa de Miguel Delibes en Ciclosfera.

Bicicletas como vehículo para la luna de miel

Los científicos Marie y Piere Curie se casaron el 26 de junio de 1985 en Sceaux, a las afueras de París en una ceremonia que fue, cuanto menos, atípica.

Tampoco pidieron grandes regalos, ambos estaban dedicados en cuerpo y alma a la ciencia y no querían, ni necesitaban poseer objetos valiosos, algo de dinero sería más que suficiente.

Con uno de esos regalos que recibieron por parte de un primo de ella, el día anterior a la boda se compraron una bicicleta para cada uno porque, si había algo que podía competir por su pasión por la ciencia, ese era su amor al ciclismo y a pedalear en medio de la naturaleza.

Marie y Pierre Curie.
Marie y Pierre Curie.

El libro Marie Curie: Madre de la Física Moderna de Janice Borzendowski narra el viaje que hicieron tras casarse por el norte de Francia. La pareja tuvo una luna de miel austera, en la que su vehículo principal fue la bicicleta, donde comieron pan y queso y durmieron en pensiones que encontraban por el camino.

Ese fue su primer viaje cicloturista, pero debió gustarles porque vinieron más: Gran Bretaña, el canal de la Mancha, Arromanches, Treport y Saint-Trojean fueron algunos de los destinos que eligió la pareja para disfrutar de sus vacaciones.

Puedes leer la historia completa en Ciclosfera.