Cultura ciclista

Esto sí es Ámsterdam: ¿Y mi bici?

Ser la capital de un país “rico” no impide que en Ámsterdam abunden los robos: precisamente por estar llena de bicicletas de todo tipo la ciudad es un paraíso para los ciclistas… y para los ladrones de bicis.

Los Países Bajos son, atendiendo a su Producto Interior Bruto per cápita, el séptimo país más rico de Europa. Ámsterdam es una de las ciudades más seguras del mundo (según las últimas cifras, la sexta). Datos que podrían llevarnos a imaginar calles donde los delitos serían inconcebibles y las bicicletas durmieran seguras en las aceras.

Pero no es así: cada año son robadas más de cien mil bicis en el país, por un valor de sesenta millones de euros. Considerando que hay unos 22 millones de bicicletas en los Países Bajos (la población es de unos 17,5 millones de habitantes), hasta podríamos decir que es “la tierra prometida” de cualquier ladrón de bicis.

Sólo en Ámsterdam “desaparecen” a diario 77. En Rotterdam, 74, y en La Haya, 60. Siempre citando datos oficiales y no demasiado fiables, porque sólo suelen denunciarlo aquellos que deben rendir cuentas ante su aseguradora, ya que pocos esperan que la policía recupere su montura. Lo cierto es que el número de hurtos es tan elevado que, en realidad, poco pueden hacer, ya que además casi ninguna está registrada.

¿Cómo se las llevan?

Los robos en Ámsterdam no difieren mucho de otras ciudades del mundo. Los ladrones no eligen primero las más caras o bonitas, sino las menos vigiladas o peor candadas. En otras palabras: aquellas que exigen menos habilidad, tiempo y esfuerzo.

Los candados más débiles duran pocos segundos. Después caen los de cadena y les siguen, los que tienen forma de U. Si a todo eso le sumas los habituales candados integrados en el cuadro, que bloquean la rueda trasera y muy frecuentes en las bicicletas holandesas, la bici estará más segura. Aunque, y hemos sido testigos, hay ladrones capaces de forzar casi cualquier cierre y es difícil controlar. ¿Qué tal algunas novedades del mercado, como los candados equipados con una alarma ensordecedora al sentir la más mínima vibración?

El estudio llamativo

Una de las grandes preguntas es: ¿Dónde terminan las bicicletas robadas? Saberlo ayudaría a reducir los robos y, sobre todo, a recuperar buena parte de las monturas. Hace unos meses el Ayuntamiento de Ámsterdam encargó una curiosa investigación al AMS Institute: cien bicicletas, con precios entre los 90€ y los 350€ y equipadas con un GPS oculto, fueron distribuidas por la ciudad con candados sencillos y fáciles de forzar. En tan sólo cinco meses setenta de las cien bicicletas habían sido robadas. La sorpresa fue descubrir, gracias a los localizadores, dónde habían terminado.

68 de las 70 seguían en Ámsterdam. Es más: dos horas después de haber sido sustraídas ya rodaban con total impunidad. “Lo que más nos sorprende es que las bicis se quedan muy cerca de donde son sustraídas. No van a otras ciudades o al extranjero”, nos explican los responsables municipales, “sino que las compra gente incluso del mismo barrio sin importarles su origen. Eso dificulta frenar este círculo vicioso”.

El estudio arrojó otros datos interesantes, como qué barrios eran más y menos seguros. También se pudo saber que algunas habían acabado en los escaparates de tiendas de segunda mano, y que otras se ofrecían en conocidos mercados callejeros donde no es difícil conseguir una montura robada. Pero lo más preocupante es que hasta el 30% estaban en tiendas de bicicletas usadas, lo que sugiere que podrían existir bandas organizadas.

En primera persona

Lo seguro es que los robos son, por desgracia, el pan nuestro de cada día. Cuando publiqué una encuesta en mis redes para elaborar este artículo, obtuve más de cien respuestas entre mis contactos locales: más de la mitad afirmó haber sufrido el robo de su bici al menos una vez en su vida, y un 15% aseguró haber sido víctima de los ladrones más de dos veces. ¿Y los que nunca han pasado ese trance? Lo achacan a la suerte… ¡y a usar buenos candados!

Nada más llegar a la ciudad seguí a rajatabla el consejo de un amsterdammer, y me compré dos candados: uno en forma de U (80€) y otro de los integrados al cuadro que bloquean la rueda trasera (30€). Sí, eran para una bici que costaba unos 180€, pero lo cierto es que en estos diez años no me la han robado. Hay otra técnica: tener dos bicicletas, una muy desaliñada si el destino es poco seguro o va a pasar la noche fuera, y otra de mejor calidad para rutas largas o ir al trabajo, donde suele haber aparcabicis seguros. Esta última duerme, siempre que se pueda, dentro de casa: ¡se comprende así que haya más bicicletas que holandeses!

¿Y si nos la roban?

Aunque parezca un poco absurdo, lo primero que tienes que comprobar es si realmente ha desaparecido: es fácil que te líes, y que entre cientos de máquinas te despistes y te cueste encontrar la tuya, que quizá dejaste en una esquina y ahora está sepultada por otras. También, a veces pasa, algunos gamberros mueven y tiran bicicletas, lo que te dificulta encontrarla.

Pero si estás completamente seguro de que no está, comprueba que no la hayan llevado al Fiestdepot, donde acaban las bicis mal aparcadas. ¿Te la han robado seguro? Date una vuelta por los alrededores: como aseguraba el estudio del Ayuntamiento, es probable que los ladrones estén muy cerca de donde ha desaparecido intentando venderla. El último paso sería el mismo que en cualquier otra ciudad: ir a las webs de segunda mano o foros de compraventa. Son muchos los que han encontrado allí su amada máquina y la han recuperado haciendo una buena emboscada al ladrón, siempre, por precaución, con el apoyo de la policía.

Fietsdepot, el depósito

La grúa se lleva, sólo en Ámsterdam, más de 75.000 bicicletas mal aparcadas al año. La mayoría no están registradas y el número es tan elevado que es imposible notificar a sus propietarios que su bici está allí. Por lo tanto, las visitas al Fietsdepot (está relativamente cerca del centro, al oeste de la ciudad) son algo muy habitual.

Foto: Jam Willem Doormembal.
Foto: Jam Willem Doormembal.

Seguros

El coste de asegurar tu bici depende de su precio. Si es de segunda mano, y te ha costado unos 200€, asegurarla te costará unos 6€ al mes. Asegurar una e-bike de unos 2.500€ te subirá la cuota hasta los 17€ mensuales, mientras que una buena cargobike, con un precio de 6.000€, puede suponerte unos 30€ al mes.

Biciregistro

Además de habilitar espacios seguros donde anclar tu bicicleta, el Ayuntamiento lanza cada cierto tiempo campañas que invitan a los ciudadanos a registrar gratuitamente su bicicleta. Así, en caso de robo, pueden encontrarla más fácilmente, ¡y si dan con ella te la envían a casa sin coste alguno!